Oración Lírica a la Bandera Nacional
Por: José Rodríguez Salgado
Felicidades al Maestro Carlos Cantú Lagunas, por su cumpleaños.
Mañana es el Día de la Bandera Mexicana, que como escribiera el poeta Carlos Pellicer, “en sus colores aloja la patria en flor soberana… Por amor a mi bandera le digo a todos hermano, el que la lleva en la mano, lleva la paz donde quiera”. Mañana 24 de febrero nuestra bandera ondeará en todas nuestras torres; es el lienzo sagrado que redime los sufrimientos del pueblo. Al contemplarla vemos el verde claro de los campos; el verde encendido de las palmeras; el verde azuloso de los pinos; el verde oscuro de los cipreses y los cedros. Todos esos matices forman a manera de síntesis un verde inmortal, grandioso y sinfónico digno de decorar el pedestal de las montañas.
A un lado sobresale el blanco de las nieves que coronan a nuestros volcanes; junto aparece también el cráter rojo, con llamaradas rojas sobre nubes rojas en un cielo crepuscular lleno de tonalidades bermejas. Y un águila completa la visión de milagro; un águila que parece surgir del abismo para arrojar en el cráter humeante la serpiente que lleva entre sus garras. Como símbolo sagrado vuela y condensa toda nuestra historia, la fiereza sobre la esperanza, la lucha por la ilusión, el aleteo de un pueblo bravo que sueña con la libertad y plena democracia.
Vale preguntarnos si ¿acaso flamea del mismo modo nuestro estandarte supremo en lo alto de nuestras almas? ¿Corresponde la realidad a la belleza del símbolo? ¿Las garantías que triunfan en los colores de nuestro pabellón se elevan también en la conciencia nacional? Ciertamente el verde tiene derecho a ostentarse con arrogancia en el espacio porque somos relativamente independientes a través de las vicisitudes de repetidas luchas y dejando girones en las espinas del camino. Ese color luce bien en el lábaro porque proclama el hecho de ser dueño de su futuro.
Iguala se viste con sus mejores prendas, está de pie y celebra el 202 aniversario de nuestra enseña patria con el grito tradicional de viva México, libre e independiente. El color rojo lo ratifica la República con hechos todos los días y se extiende a los cuatro vientos para proclamar la paz. El blanco reafirma el propósito de la unión entre todos los mexicanos. Garantía muy difícil de conservar porque la blancura con cualquier cosa se puede manchar, con odios, inquinas, sangre, discordias entre los diversos sectores de la sociedad; de esa manera los armiños del lienzo inmortal se revuelcan en los ataques infundados de todos los días, en las ambiciones bastardas y en las más vergonzosas concupiscencias. No permitamos que nuestra bandera se manche con el negro de la inseguridad, de la tolerancia mal entendida, con nuestras desventuras. Los colores patrios representan verdades tangibles en la etapa consoladora de la esperanza.
Si queremos merecer la bandera que nació en Iguala, limpiemos nuestros corazones y clarifiquemos nuestras almas; si somos noches, tachonémonos de estrellas; si estamos en el pantano cubrámonos de lirios… que sobre el abismo de los rencores caiga la nieve piadosa del olvido que tapa los precipicios, nivela los planos, dulcifica los perfiles rugosos de las cordilleras. Hay que blanquear las conciencias, ser hermanos verdaderos sin ventajosas conductas; y unidos en un común destino con el impulso de la elocuencia magna de la síntesis, que es breve como un canto y determinante como la sentencia diáfana.
Viene a mi memoria el dulce recuerdo de los años cuarenta cuando por estas fechas se afanaba el maestro Lucino Sánchez Arellano para pulir las voces del coro del bello canto a la bandera, letra de Rafael López y música de Julián Carrillo. ¡Oh santa bandera! de heroicos carmines/ suben a la gloria de tus tafetanes/ la sangre abnegada de los paladines/ el verde pomposo de nuestros jardines/ la nieve sin mancha de nuestros volcanes… canto que sin duda es uno de los más bellos que junto con el Himno Nacional hacen de los símbolos patrios un orgullo nacional y enaltecen nuestra identidad como mexicanos.
Una de mis más grandes satisfacciones es haber pronunciado el 24 de febrero de 1972, el discurso oficial a nombre de los tres Poderes del Estado en la ciudad de Iguala y el honor de haber escuchado la alocución del gran tribuno José Muñoz Cota en febrero de 1970 frente al gobernador Caritino Maldonado Pérez con un epílogo de antología: “llegamos hoy madre bandera a tu cuna y de rodillas te decimos Madre Bandera, el hijo pródigo siempre retorna al hogar, todos tarde o temprano llegamos a tu vera para decirte mira a tu México crecer, multiplicarse, sufrir, guardar esperanzas, míralo con amor, en el fondo de cada mexicano hay un corazón pendiente de la independencia y libertad de tus tres colores”.
Febrero 23 del 2023