Al Lic. José Cedano Galera, nuevo Presidente del Colegio Estatal de Licenciados en Turismo.

No hay condiciones para viajar

Por: José Rodríguez Salgado

Durante muchos años la espera de diciembre representó un gran incentivo por las vacaciones inminentes, varios cumpleaños de amigos y familiares, oportunidad irrepetible por renovar la incurable vocación por los viajes, especialmente a lugares recónditos de la provincia mexicana. Transitar los caminos y ver las cosas con la frescura y el entusiasmo de los peregrinos de épocas pasadas. Así año tras año regresaba a las labores cotidianas con una visión enriquecida de la identidad más profunda y auténtica. Muchas veces la figura de un país lesionado por lo contrastes más absurdos y abismales, constituían el buen juicio de que los viajes “realmente ilustran” y nuevos paisajes irremediablemente enseñan.

Al decidir visitar algún punto de la República, me esforzaba por obtener el consenso y advertido de los aspectos contradictorios que encontraría, estaba seguro de obtener en cada viaje la experiencia enriquecida de una parte de la microhistoria regional sumergida en el ritmo de vida mortecina de lugares que paladean con dignidad su melancólica marginación en pleno siglo XXI. Estoy convencido de haber hecho la mejor inversión; el retorno representaba confirmar el propósito de emprender nuevos viajes a la menor provocación y posibilidad.

El objetivo central en cada desplazamiento era encontrar el alma histórica de ciudades, pueblos, parajes que de alguna misteriosa manera imprimen a sus habitantes una especie de actitud ante la vida, una moral social que mucho tiene que ver con las callejuelas, las casonas siempre cerradas, los barrios pobres, las innumerables iglesias, las maneras de vestir, los modos de diversión y de las distintas formas de los habitantes para “huir de su realidad”.

Con disposición de ánimo recorría los caminos y veía las cosas con serenidad y respeto; apreciaba el gesto para aprender todo lo que muestran nuestros pueblos y disfrutaba de sus danzas, lenguajes, artesanías, monumentos civiles, guisos, moles, atoles, panes y todos los productos derivados del maíz, elemento fundamental de nuestra dieta diaria, sin contar las atmósferas diferentes que no siempre son del gusto unánime.

En los viajes encontramos las hojas abiertas del sabio libro de la naturaleza; descubrimos enseñanzas sin fin, nos sorprendemos de la grandiosidad de muchos edificios ocultos por obra y gracia de la rutina; aprendemos a detenernos para gozar de las cosas, pero lo más valioso y trascendente es el descubrimiento de una manera para viajar de forma más sencilla y práctica.

Hay una cosa cierta, viajar es un arte difícil y más ahora en el epílogo de una pandemia atroz, con las adversidades de todo tipo que se encuentran sin excepción quienes se atreven a los desplazamientos por cercanos que parezcan. Dicen que los viajes en este tiempo ya no tienen el mismo encanto de antes, no se gozan, están perdiendo importancia. Qué diferencia con el pasado en que todo empezaba con la curiosidad, luego aparecía la adicción arraigada y floreciente; después no había remedio, se convertían en vicio. Poco a poco resurgían las ansias por conocer nuevos lugares, atravesar montañas, asomarnos a las barrancas y de cuando en cuando acampar junto al río o tomar un barco para navegar las aguas del Mar de Cortés. Conocer la campiña, disfrutar las costas, mirar nuevas estampas, visitar las Misiones y aprender de la riqueza arqueológica y museográfica que abundan en nuestro país.

Muchos opinan que todo viaje entraña una nostalgia y una obligada educación moral. Se aprende pacientemente y sin quererlo se entra al círculo de la intrepidez y el coleccionismo, un tanto con desorden pero sí con mucha tolerancia. Sobresale la resistencia a la fatiga, la pasión por el surrealismo y fundamentalmente la sencillez para amar y entender a los demás que son “el verdadero México”, que comienza según algunos donde terminan las carreteras.

En el México de hoy, no hay condiciones para viajar. Desafortunadamente las cosas no marchan bien, no hay seguridad en ninguna parte, la estrategia del gobierno definitivamente no ha funcionado, ha sido un experimento fallido. Que lástima ya no poder viajar. La violencia generalizada reina en nuestro país.

Diciembre 15 del 2022

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