Margarita Paz Paredes y la Poesía
Por: José Rodríguez Salgado
A Gloria Espejel, con feliz añoranza.
Una de las mujeres que más admiro y reconozco como artífice de la palabra, es sin duda Margarita Paz Paredes, cuyo verdadero nombre fue Margarita Camacho Baquedano. Esta evocación es complemento de la referencia publicada hace doce años. Fue una de las figuras rutilantes del mundo poético de México. Su nombre es prestigio indiscutible y honra para la mujer mexicana que tiene en ella a una de sus más valiosas representantes. Pero a más de talento se distinguió por su exquisita personalidad, propia de su gran cultura y de la categoría de su espíritu. Su obra está relacionada con la filantropía, el humanismo y los derechos ciudadanos.
Originaria de San Felipe Torres Mochas, Gto., (1922-1980) en donde realizó sus estudios de educación básica. En la UNAM cursó la carrera de Filosofía y Letras. Desde muy temprano descubrió su afición por las buenas lecturas. Fue una de las poetas más galardonadas de nuestro país. Ganó entre muchos los siguientes premios: Primer Premio y Flor Natural otorgado por el Ateneo Mexicano de Mujeres en 1945; Segundo Premio y Diploma en los Juegos Florales Latinoamericanos en 1947; Primer Premio y Flor Natural en los Juegos Florales de la Universidad de San Luis Potosí en 1948; Primer Premio y Flor Natural en los Juegos Florales de Torreón, Coahuila en 1949; similares premios en Hermosillo, Son., 1950; Jalapa, Ver., 1951 y Universidad de San Luis Potosí en el mismo año.
En 1955 la Organización de los Estados Americanos la comisionó para integrar una Antología de la Poesía Centroamericana Contemporánea. Su producción literaria fue vasta, publicó las siguientes obras: Sonaja, 1942; Oda a Constantino Oumanski, 1945; Voz de la Tierra y Anhelo Plural, 1948; Retorno, 1948; Andamios de Sombras, 1950 publicado también en Madrid dos años después; Canto a México, 1952; Dimensión del Silencio, 1953; Presagio en el Viento, publicado en El Salvador en 1945; En la Niebla, 1956; Coloquio de Amor y Cristal Adentro, 1957; Los Amantes y El Sueño y Rebelión de Ceniza, 1960; Elegía a César Garizurieta, 1961; Muerte y Resurrección de Jaramillo y La Imagen y su Espejo, 1962; El Rostro Imposible, 1963; además de innumerables colaboraciones en diversos periódicos y revistas del país y el Continente Americano.
Opinaba que los poetas no sólo hacían versos, también tienen un leve concepto de la poesía, por eso la sienten, la viven intensamente y la escriben también. En los poetas hay dos zonas, la emoción y la expresión, la primera narra según el temperamento y el ser de la manera en que el poeta la siente. Cada uno vibra según sus impulsos. Son afines a la emoción puramente erótica; otros a la emoción mística, bélica, bucólica o satírica. Y es inútil que esta preferencia quiera violentarse o alterarse. Ha de predominar de todas maneras y denunciar la personalidad de quien escribe.
Afirmaba “para mí la poesía es algo humano, todo es capaz de contener poesía pero sólo el poeta verdadero es capaz de producirla por medio de la expresión. El poeta tiene la facultad de intuir esa llama, esa brisa, esa melodía que está en las cosas y en los seres, la intuye y la capta en su integridad”.
Hay poetas que los leemos y sentimos que lo son pero que al mismo tiempo nos hacen percibir que les falta algo así como unidad y coherencia en el poema. Esos son los poetas menores o mejor dicho los poetas incompletos. En el arte de la poesía no hay término medio, o se cumple con él o se cae en el fracaso. Respecto a la expresión no puede ser un juego o un alarde retórico, ni siquiera una destreza. No es posible hablar de fondo y forma de manera separada. Juntos constituyen un todo insobornable. Son una misma instancia poética.
A manera de síntesis Paz Paredes concluye “el arte es universal, por su impulso creador pero pertenece a una Patria y tiene una raíz. La poesía es una facultad de adivinación de lo que está en la entrada de los seres y las cosas”.
Humberto Díaz Urdanivia, intelectual guanajuatense llegó a opinar: Mujer sensible y de sabia sencillez; asocia sus convicciones a las cuestiones sustantivas de nuestra historia nacional. Su presencia y lectura de su obra habrán de vivir y caminar por el horizonte abierto de la cultura mexicana para bien de todos.
Julio 24 de 2025