La Batalla de las Flores

Por: José Rodríguez Salgado

A Luis Fernando Amaya Caraveo, mi Maestro de Historia de México.

Don Tomás Villareal Canseco, catedrático en la Escuela Nacional de Maestros, a mediados de los cincuentas del siglo pasado, nos recomendaba no perder la oportunidad de contestar las preguntas de nuestros alumnos y en caso de no contar con la respuesta, explicarles que después de una búsqueda cuidadosa quedaría resuelto su cuestionamiento. Pasaron los años y hasta que estuve frente a grupos en las aulas universitarias apliqué esa práctica que me produjo múltiples satisfacciones y que además dio ocasión de releer mis cuadernos de notas y revisar los libros especializados. Es más, en mis eventuales presentaciones ante públicos diversos, tomo notas de las preguntas de los asistentes y como sano ejercicio en la paz de mi estudio desmenuzo el escrutinio.

Tal fue el caso del jueves anterior en que traté algunas particularidades del español que nos trajeron los conquistadores. Cité por ejemplo la fusión de las lenguas aborígenes con los términos españoles. Un amigo me pidió que aportara nuevos datos sobre algunos aspectos de mi artículo. Con gusto intento referirme hoy a la Batalla de las Flores o mejor conocida como Guerras Floridas.

Sabemos que los aztecas fueron el pueblo dominante en gran proporción del país, pero habían absorbido y desarrollado la herencia de pueblos anteriores o contemporáneos a ellos. Existían además otras culturas, algunas de alto nivel en el territorio actual de México. La diversidad de nuestros ancestros, su riqueza cultural, tiene una deuda histórica con estas raíces autóctonas y sus descendientes, ya sean hoy, de habla española o mantengan sus formas de comunicación propias. A su vez los conquistadores y colonizadores tampoco provenían de una cultura única. En su formación habían participado celtíberos, griegos, fenicios, romanos, germanos, judíos, etc.

Eran grandes las diferencias entre los pobladores de la península que llegaron a lo que posteriormente se llamaría La Nueva España. La aportación se sucede sin límite cada vez con mayor intensidad. México también ha hecho contribuciones importantes a manera de interrelación y evolución a través del tiempo. Lo anterior explica la mezcla del habla y del idioma.

Nos remontamos a 1428 año en que se rebelaron los reinos de Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan contra Azcapotzalco, que marca el origen de las conquistas por la Cuenca de México. Con el poderío mexica o azteca se fortaleció, una aristocracia guerrera y administrativa que vivía del trabajo de campesinos sujetos y de los pagos por su desempeño en el gobierno. En el orden religioso se creía en una multitud de dioses que regían los distintos aspectos de la naturaleza y de la vida humana. Cada dios era festejado en determinada fecha con danzas y ofrendas o con sacrificios humanos para agradarlo, alimentarlo o enviarle mensajes.

Es el caso de Las Guerras Floridas o Xochiyáoyotl (xóchi-flor y yao-guerra) era un tipo de batalla-ritual propio de los mexicas en los siglos anteriores a la Conquista, consistente en un acuerdo entre varias ciudades-estado que organizaban combates en los que se capturaban prisioneros de ambos bandos que eran sacrificados ritualmente. Estos encuentros se realizaban en condiciones excepcionales como sequías extremas, hambrunas o catástrofes naturales. Se hacían generalmente extrayendo el corazón a quienes sacrificaban en honor de Huitzilopochtli. La carne de los sacrificados era consumida para lograr una estrecha comunión con la deidad. El alimento más valioso eran los guerreros capturados. Se les consideraba como una cacería que los dioses aprobaban y morir en estos encuentros era más que un deber un honor.

Esta práctica se extendió a toda Mesoamérica. Participaban lo mismo dirigentes que plebeyos, con ello se produjo gran derramamiento de sangre y pérdida cuantiosa de niños y hombres que trajo como consecuencia la acelerada disminución de la población masculina. Las Guerras Floridas con el tiempo llegaron a ser aborrecidas.

En el último siglo antes de la llegada de los europeos, los aztecas extendieron su dominio desde gran parte del centro y sur de lo que hoy es la República Mexicana hasta el territorio de Centroamérica. Obvio comentar que fue una civilización pujante, rica en conocimientos de todo tipo y muy avanzada para su época, los especialistas califican a esta cultura como espléndida en muchos sentidos.

Deseo a todos buen inicio del mes patrio.

Septiembre 01 de 2022

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