Quadratín
Guadalajara, Jal. Lo que está ocurriendo en Guerrero donde obispos se vieron en la necesidad de solicitar una tregua al crimen organizado es algo que de ninguna manera debería permitirse, pero es resultado de la desesperación, la incertidumbre y la carencia del estado de derecho, advirtió el Arzobispo de Guadalajara y Cardenal José Francisco Robles Ortega.


“Es una completa inseguridad, una constante amenaza a su vida, a sus bienes, una incertidumbre en medio de la muerte, es un signo de desesperación e impotencia ante el crecimiento del crimen organizado en ese estado y la inacción de las autoridades federales, estatales y municipales.”


Insistió en que, aunque de ninguna manera se puede pactar con criminales, los obispos reaccionaron en un intento desesperado por recuperar la paz ante el incumplimiento de las autoridades.


“¿Quién no nos asegura que en otro estado se vive más o menos ese mismo clima? Pues los obispos pudieran tener esa decisión, como en Michoacán, donde los obispos han tenido otro camino para buscar la paz, pero mientras la Ley no se aplique, no hay garantía.”


Dijo que en lo personal no ha considerado si él mismo se sentaría a tratar con negociar con integrantes del crimen organizado, y espera no verse en una situación.


Finalmente, ante el inicio de la temporada de Cuaresma 2024, recordó que no se trata solo del miércoles de ceniza o los viernes, sino que es una etapa de reflexión, y mencionó que este año hubo una gran respuesta de feligreses el pasado 14 de febrero para recibir la ceniza.

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