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Bogotá, Colombia. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cambió ayer a siete de sus 18 ministros, incluidos el de Hacienda, el liberal José Antonio Ocampo, después de haber advertido sobre la necesidad de conformar un «gobierno de emergencia» y se rodeó de viejos aliados políticos, en un reajuste de su equipo de gobierno en medio de una crisis política generada por las dificultades en el trámite para la aprobación de sus reformas en el Congreso, principalmente la de salud.
En el principal cambio, nombró ministro de Hacienda al economista Ricardo Bonilla, quien ocupó la misma cartera cuando Petro fue alcalde de Bogotá (2012-2015); además se desempeñó de docente universitario y era director de la Financiera de Desarrollo Territorial SA Findeter.
Por su experiencia y reconocimiento como economista y profesor de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, Ocampo daba seguridad en los mercados y partidos políticos aliados del primer gobierno progresista en la historia de Colombia, por lo que su salida hizo resentir los indicadores económicos del país.
Tras el anuncio el ahora ex ministro comentó que en este momento los indicadores financieros van en la dirección correcta y pidió que las reformas que se hagan en materia social «sean compatibles con la regla fiscal», es decir, que sean responsables con las finanzas nacionales. Además, destacó que la aprobación de la reforma tributaria impulsada por Petro «ha sido la única reforma progresista que ha adoptado el Congreso en este gobierno».
En la cartera del Interior el mandatario nombró al ex congresista Luis Fernando Velasco en remplazo de Alfonso Prada; en Salud, a Guillermo Alfonso Jaramillo para sustituir a Carolina Corcho y en la de Agricultura a Jhenifer Mojica para relevar a Cecilia López. Además, nombró a Yesenia Olaya en el ministerio de Ciencia, a William Camargo en Transporte y a Mauricio Lizcano en el de Tecnologías de la Información.
Alfonso y Jaramillo también trabajaron con Petro cuando era alcalde.
Petro pidió antier la renuncia protocolaria a todo su equipo de colaboradores, después de que se suspendió en la Cámara de Representantes la sesión de debate de la reforma a la salud al no lograrse el quorum necesario por la amenaza de los partidos de la coalición de gobierno, el Liberal, de la U y el Conservador, de no aprobar el proyecto original. «La coalición política pactada como mayoría ha terminado», tuiteó el mandatario.
El gobernante había conformado un primer gabinete alejado de las fuerzas de izquierda que lo llevaron a la presidencia y optó por políticos de centro y derecha, lo que le dio una coalición en el Congreso que el año pasado le aprobó su reforma tributaria. Sin embargo, algunos de los ministros, como Guillermo Reyes, quien sale de la cartera de Transporte, tienen lazos con los partidos que ahora se oponen a los proyectos de ley del presidente.
Se trata de la segunda ola de movimientos en su gabinete. A finales de febrero pasado Petro remplazó a los ministros de Deporte y Cultura, así como a Alejandro Gaviria, de Educación, por sus críticas a la reforma a la salud.
Según expertos, la coalición que apoyó a Petro desde su toma de posesión hace casi nueve meses se debilitó por la negativa del mandatario a realizar modificaciones a la reforma de salud, lo que podría dificultar la aprobación de otros proyectos presentados por el gobierno para cambiar la legislación laboral y el sistema de pensiones.
El 15 de febrero el mandatario pidió a sus simpatizantes salir a las calles para presionar por la aprobación de sus reformas. Entonces advirtió desde un balcón de la presidencial Casa de Nariño que seguiría convocando a manifestaciones hasta que el «cambio» fuera una realidad.