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Lima, Perú. Lejos de calmarse, la crisis diplomática abierta entre Perú y varios gobiernos izquierdistas de América Latina no hace más que ahondarse. Así, el gobierno peruano anunció este jueves que llama a consultas a sus embajadores en México, Colombia, Argentina y Bolivia por el “intervencionismo” en los asuntos internos del país que, considera, constituyen las recientes declaraciones de los líderes de estos países.


En resumidas cuentas, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador; el mandatario colombiano, Gustavo Petro; el líder argentino, Alberto Fernández y el dirigente boliviano, Luis Arce, han defendido a Pedro Castillo y han cuestionado tanto su arresto como el ascenso al poder de Dina Boluarte.


Tras varios días de comentarios, y después de que Lima ya llamara a consultas hace unos días a los embajadores de México y de Colombia en Perú, la nueva secretaria de Exteriores peruana, Ana María Gervasi, aseguró este jueves que las declaraciones que llegan desde “las más altas autoridades” de los citados cuatro países constituyen una “Intromisión en los asuntos internos de Perú”.


Estas declaraciones, insistió Gervasi, “cuestionan la sucesión presidencial realizada en estricto apego a la Constitución del Perú y a los tradicionales lazos de amistad, cooperación y respeto mutuo que unen a nuestros países”.


No está claro aun qué saldrá de esta ronda diplomática de consultas, pero, por lo pronto, este martes el presidente López Obrador aseguró que, de momento, México pone “en pausa” las relaciones bilaterales con Perú, mientras Boluarte había dicho, días antes, que esperaba con los brazos abiertos al mandatario en la próxima Alianza del Caribe que debe celebrarse en Lima, precisamente, por iniciativa de López Obrador.


En su rueda de prensa mañanera diaria del martes, el mandatario mexicano también negó estar interviniendo en los asuntos internos de Perú, pero, en la misma frase, dijo luego que la Constitución peruana tiene un problema “antidemocrático de origen”, por el poder que da al Congreso para destituir a mandatarios. Ningun presidente elcto en las urnas debería poder ser destituido por un parlamento, dijo López Obrador, sin hacer matices para posibles casos de violaciones de ley, como hizo, presuntamente, Castillo.


Petro ha sido el otro mandatario de estos cuatro que más ha presionado contra el nuevo gobierno de Boluarte y que más ha defendido a Castillo, a quien el mandatario colombiano sigue considerando, al igual que su homólogo mexicano, como líder legítimo de Perú.


En paralelo, Petro llegó incluso a sugerir que Castillo corre peligro de muerte durante su arresto en unos calabozos policiales en Lima, por lo que pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que tomara medidas para protegerlo. La CIDH ignoró la petición por no ver ninguna razón aparente para temer por la vida del expresidente peruano, lo que, a la vez, ha abierto rencillas entre Bogotá y el organismo humanitario regional.

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