Iguala, pueblo mágico- Don Chimino
Por: David Flores Botello
IGUALA, PUEBLO MÁGICO.- Se denomina Pueblo Mágico “a la localidad que a través del tiempo y ante la modernidad, ha conservado su valor y herencia histórica cultural y la manifiesta en diversas expresiones a través del patrimonio tangible e intangible irremplazable”, lugar histórico que ha sido escenario de hechos trascendentes en la historia de México, y que preserva hasta el día de hoy los vestigios de épocas pasadas. Los Pueblos Mágicos “son sitios simbólicos y llenos de leyendas cuyas calles siguen siendo muestra de la identidad nacional son historia viva, visitarlos es una oportunidad para descubrir el encanto de México. En 2001 La Secretaría de Turismo puso en marcha el Programa Pueblos Mágicos que “pone en valor y da visibilidad a las poblaciones con atributos históricos y culturales únicos, convirtiéndolas en referentes turísticos para mexicanos y extranjeros, contribuyendo a elevar los niveles de bienestar, empleo e inversión in situ”. En la actualidad hay 132 Pueblos Mágicos en todo el país, en Aguascalientes 3, Baja California 1, Baja California Sur 2, Campeche 1, Chiapas 4, Chihuahua 3, Coahuila 6, Colima 1, Durango 1, Guanajuato 5, Guerrero 1 (Taxco), Hidalgo 5, Jalisco 7, Estado de México 9, Michoacán 8, Morelos 2, Nayarit 2, Nuevo León 2, Puebla 9, Querétaro 5, Quintana Roo 3, San Luis Potosí 2, Sinaloa 4, Sonora 2, Tabasco 1, Tamaulipas 2, Tlaxcala 2, Veracruz 6, Zacatecas 5. A paso veloz, se sigue trabajando en todo lo que se denomina centro histórico de nuestra ciudad que con la remodelación que le están haciendo van a modificar mucho (creemos que para bien) su apariencia y al parecer, las calles más céntricas serán únicamente peatonales, si eso hacen la circulación vehicular ya de por sí caótica a horas pico, se hará más complicada, que empezará a llegar más turismo, seguramente así será pero sería bueno educar a la población a que no tire basura en la calle, a que no se estacione en doble fila o en lugares prohibidos, que no invadan las banquetas, que respeten el libre tránsito peatonal, eso es básico, si un turista se lleva una mala imagen de nuestra ciudad aparte de ya no regresar nos hará mal propaganda y otros no querrán venir. Si queríamos o no que destruyeran el palacio municipal para construir otro debieron consultarlo, hay otras prioridades como un hospital infantil para Iguala, es posible que vaya a haber un centro de hemodinamia en nuestra localidad lo cual es muy bueno, tan bueno como sería un gran centro de Hemodiálisis, pero los niños no solo de la región Norte sino también de las regiones de Tierra Caliente, La Sierra y el Centro principalmente, requieren de atención especializada las 24 horas del día. Iguala será Pueblo Mágico, ojalá sea también una ciudad donde los niños y adolescentes que enferman gravemente tengan oportunidad de tener atención especializada.
DON CHIMINO.- Alfredo paró de contarnos su historia, jue hasta onde teníamos las cosas que compramos en el otso, garró una tostada, como etsperto de su propio restaurán en Chicago le untó aguacate, salsa macha, le echó atún, jitomate, cebolla y chiles jalapeños en escabeche que les filetié yo, le espolvorió harto queso parmesano rallado y se la comió en tres mordidas, luego se preparó un sanguis con todo igual como se preparó la tostada, solo que en vez de echarle atún le puso dos rebanadas de jamón y hartos cachos de chiles jalapeños, yo, mejor ya no lo seguí mirando porque se me iba a reventar la hiel por el antojo y no poder comer chiloso por lo de mi gastris, cuando mi compa Vitorio llegó de ir a tirar l´agua el Alfredo llevó 2 platos a la mesa con cachos de queso parmesano que es como de cincho, y con rollos de jamón, se ensilló y nos siguió paticando: “Se han de preguntar que cómo me puedo acordar de las frases que estaban anotadas en la libreta que Nancy tenía guardada en un compartimento de una de sus maletas, muy cursis, ¿no? Pues sí, eso me parecen ahora porque yo se las mandé cuando empecé a salir con ella hacía poco más de 20 años en ese entonces, dejé la libreta en su lugar y traté de acomodar todas sus cosas para que no fuera a notar que las anduve hurgando , regresé a la sala, me dejé caer sobre mi reposet, le di otro trago a la botella y seguí haciéndome un montón de preguntas para las que en ese momento no tenía respuestas, mi cuerpo se sentía cansado y mi mente seguía volando, por más tragos que le daba a la botella intentando empedarme y quedar bien dormido mis pensamientos no dejaban de fluir, había decidido no dormir en nuestra recámara, ¿para qué, si con otro soñaba?, recordé que en su buró vi las gotas que ella usaba para dormir, le quité un gotero que traía, le di un trago al frasquito, me supo tan horrible que corrí a tomarme una soda para quitarme el mal sabor, agarré un cobertor, una almohada, me acomodé en el reposet, a pesar de que apagué todas las luces y de que tenía los ojos cerrados empecé a ver como un resplandor, un brillo interior, mi cuerpo se empezó a relajar y mi mente a apaciguarse, poco a poco el resplandor que veía, teniendo aún los ojos cerrados, se empezó a tornar de oscuridad, primero manchas oscuras dispersas que se fueron aglomerando hasta hacerse de un oscuro total, como la de un abismo profundo al que empecé a sentir que caía, un frío helado corrió por mi espalda, por más que intenté abrir los ojos no pude, mis párpados parecían de plomo, la respiración antes agitada empezó a hacerse más lenta, todo se hizo oscuro, muy oscuro y ya no supe más de mí. Cuando volví abrir los ojos tenía pegados a mi pecho muchos cables que iban a una máquina que emitía pitidos, mi cabeza estaba metida en una especie de iglú transparente por donde me estaban aplicando oxígeno, por mi brazo derecho me estaban pasando un suero de color amarillo, con la otra mano intenté agarrarme mi pene porque sentía mucha molestia pero alguien detuvo mi mano, era Nancy que me dijo que no lo hiciera que tenía yo una sonda conectada a la vejiga, en eso llegó una enfermera, me dijo que cómo me sentía, con la boca seca y voz apagada le dije que me sentía bien, me dijo que me iba a quitar el oxígeno, que si sentía alguna molestia le dijera, ahí se estuvo vigilándome un buen rato hasta que vio que no me perjudicó que me lo quitara, antes de irse le dijo a Nancy “ahora sí señora, ya se va a poder ir a descansar a su casa, lleva usted casi dos días sin despegarse de la cama de su esposo, debería ir a descansar un rato, recuerde que también tiene que ir a ver a su hijo que, gracias a Dios también ya está fuera de peligro”. Entumido y adolorido de todo el cuerpo, con la mente apendejada y con la lengua media trabada le pregunté a Nancy qué me había pasado, con voz entrecortada y algo ronca me dijo que bebí mucho y que tomé una dosis excesiva de Valium que es su medicina que ocupa para dormir, que ella se dio cuenta que lo tomé porque el frasco no lo dejé en el lugar que lo sabe tener y que me lo detectaron en los análisis que me hicieron cuando llegué a urgencias, que la dosis que ella usa es de tres gotas y yo me había tomado una dosis muy alta que combinada con el alcohol que había tomado me estaba provocando paro respiratorio, que de no ser por su hijo Richard que llegó en la madrugada a la casa ese día nadie se hubiera dado cuenta, dice que me encontró frío, morado, casi sin respirar, que como bulto me subió a su troca y me llevó al Chicago Hospital donde me encontraba, a diferencia de otras veces, mientras me hablaba no me volteaba a ver, más bien esquivaba mi mirada, fue entonces que me armé de valor y le dije: sabes que leí los mensajes en tu teléfono, ¿me traicionaste Nancy?, ¡Dime la verdad!. Tapándose la cara con sus manos empezó a sollozar, ¡contéstame¡ le dije, en eso el pitido de la máquina se convirtió en sonido de alarma, la enfermera llegó presurosa, ¿Qué pasa?, preguntó, checó que los cables estuvieran bien y me volvió a poner la cosa esa con el oxígeno “¡no se agite por favor!, quédese tranquilo, mire, me tomé el atrevimiento de llamarle a su hijo y quiere pasar a verlo le va a dar mucho ver que está usted bien, sirve que la señora se va a descansar y a comer algo, ándele señora, ya ha llorado mucho, ahora ya debe ponerse contenta, créame que el peligro ya pasó, su esposo va a estar bien, ándele vaya, ya ve que no pueden estar dos familiares, no se preocupe, yo me quedo aquí en lo que llega su hijo… Y… híjoles, ya me volví a colgar, áhi nos pa l´otra, graciotas.