Llantatón; Un éxito. ¿Qué sigue? – Don Chimino

Por: J. David Flores Botello

LLANTATÓN: UN ÉXITO. ¿QUÉ SIGUE?- La recomendación de recolectar llantas usadas y evitar criaderos para prevenir la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue ha estado presente por varias décadas. Se ha vuelto una práctica común en la lucha contra enfermedades transmitidas por mosquitos en zonas endémicas. No hay una fecha exacta que marque el inicio de esta recomendación, ya que ha ido evolucionando de acuerdo a la conciencia pública sobre la importancia de la gestión adecuada de los desechos y la prevención de enfermedades transmitidas por vectores. Guerrero es uno de los estados de la república donde hay más casos de dengue. La mejor forma de prevenirlo es evitando los criadreros de mosquitos. El pasado 19 de julio nos reunimos con autoridades del gobierno del estado, municipales, ambientalistas, representantes del magisterio, periodistas, clubes de servicio, protección civil, SEMAREN, SEDENA, desarrollo rural y jefe y coordinadores de la Jurisdicción sanitaria Norte 02, acordamos realizar un “llantatón” en la ciudad de Iguala, que se llevaría a cabo a partir del 22 de julio hasta el 2 de agosto. Se dio el banderazo de arranque frente a una llantera ubicada en el Periférico a cuyo costado había un cúmulo de llantas a la intemperie. Desde ese momento, como si fuéramos hormiguitas, todos, recalcamos: todos, nos pusimos a trabajar y a manera de milagro, hemos llenado de llantas (apiLadas en orden) una de las naves ubicadas en la zona ganadera de los terrenos de la feria donde se está llevando a cabo el acopio. Otra nave va a la mitad y, como los compañeros del área de vectores (los que fumigan) tienen ubicados tiraderos de llantas, nos informaron que se necesitaba al menos una semana más para recolectarlas. Por lo anterior, se decidió prolongar la campaña una semana más, es decir, hasta el 9 de agosto. Así, los municipios aledaños podrán traer las suyas. Y, ¿después? ¿Qué sigue?

En medio de la preocupante alza en los casos de dengue y el esfuerzo exitoso en la recolección de más de 120 toneladas de llantas que, seguramente, disminuirán el número de criaderos del mosquito transmisor, surge la necesidad urgente de explorar otras alternativas innovadoras y efectivas para combatir el dengue. Este desafío no solo requiere soluciones inmediatas, sino también estrategias a largo plazo que aborden de manera integral el control de los criaderos y la prevención de brotes epidémicos. En un escenario donde la prevención y el control del dengue se vuelven cruciales, es imperativo considerar enfoques multidisciplinarios que combinen la participación comunitaria, la innovación tecnológica y la vigilancia epidemiológica. En este sentido, la sensibilización y educación de la población sobre las medidas preventivas, la eliminación de criaderos y el uso de repelentes, son fundamentales para reducir la propagación del virus y proteger la salud de la comunidad en su conjunto. Además, la implementación de programas de saneamiento ambiental, la promoción de políticas de gestión de residuos sólidos y el fortalecimiento de la vigilancia entomológica (de los insectos) pueden contribuir de manera significativa a la disminución de los criaderos del mosquito. Asimismo, el uso de tecnologías innovadoras, como drones para la identificación y eliminación de focos de reproducción del mosquito, podría resultar una herramienta eficaz en la lucha contra esta enfermedad. Mosquitos modificados genéticamente y, quizá pronto, vacunas seguras y eficaces. Por lo pronto, sigamos con el llantatón y agradezcamos a todos su partcipación. No olvidemos que: solo a través de la colaboración y el trabajo conjunto podremos avanzar hacia un futuro donde el dengue sea una amenaza controlada y mitigada en beneficio de la salud y el bienestar de todos.


DON CHIMINO.- ¡Noo maa mee mii moo muuuu! Agún todavía traigo el ojo cuadrado. Lo que miré no creo nunca de los nuncas volverlo a ver. ¿Quién jijos de la jijurria se iba a imaginar que en dos semanas se juntaran tantisisísimas llantas? ¿Se acuerda que le patiqué apenas no tarda, que mi compadre Chón se ha vuelto muy ecológico? Yo diría que, más bien se volvió ecoloquito porque, dende que inició el llantatón anda como hormigo arriero, arriando con todas las llantas que encuentra a su paso, la de los vecinos y las que jalla al ruedo del periférico tiradas entre la maleza. No para, está como poseído. Tanteo que a lo menos, se echa 10 viajes diarios con llantas metidas en su vochito sin el asiento del copiloto, y otras paradas arriba, bien formaditas y amarradas con piola gruesa. Cuando mi Puchunga supo del llantatón, ni tarda ni perezosa me dijo: –“por favor llevas esas llantas viejas que dan muy mal aspecto, estorban, contaminan y, ni las usas y ni las tiras. ¿Cuánto tiempo piensas seguir teniéndolas ahí? ¿No me dijiste que los de la basura no te las reciben? ¿Qué estaba prohibido tirarlas en barrancas? Además, tú mismo me haz dicho que las llantas tienen no sé que tantas cosas que perjudican al medio ambiente? ¿Entonces? Por favor, desaste de ellas, porque, si no las llevas tú, lo voy a hacer yo. Tú dices.”


Nooo, pos asina cualquiera se convence de que, más vale que le hagas caso a tu mujer o atente a las consecuencias, y ni modos, tuve que ir a tirar mis gallitos. De las cuatro, jui a llevar tres a los terrenos de la feria. Como la cajuela de mi forcito es un cajuelón, bien que cupieron. Eran como las 9 de la mañana, agún todavía andaban hartas gentes caminando al ruedo de la calle principal de la entrada a la feria. Había niños con sus mamases, señores ya de edá medios panzones y patas flacas, jóvenes trotando y alguna que otra chamacona con su ropita entallada como de chorizo, caminando salerozas a sabiendas de que tan guapetonas. Yo poco me fijo en eso pero, la mañana ´taba preciosa, ´bía llovido en la noche y hasta como a las seis agún todavía chispiaba. Se respiraba la frescura de lo verde del campo y el olor a una que otra majada de vaca que, tambor las había en la parte de más atrás. El lugar a onde las tan recibiendo ta mero a un lado de su horno de Don Pedro, el que hace pan de Tlaxcala junto con su esposa doña Irene y sus hijos de ambos dos. Cuando va llegando uno al sitio lo primero que se alcanza a ver es que hay hartísmas llantas pero, cuando las empecé a bajar y entregárselas a los jóvenes que las tan recibiendo, quedé anonadado, rodiado de una montaña de llantas de más de tres metros de alto. Después de que entregué las llantas me dieron mis tres boletos pa´participar en la rifa de una de las tres bicicletas y moví mi coche pa´que entrara una camionetita de esas de trasporte público que iba repleta de llantas. Estacioné y me apié de mi Forcito, me trepé en una de las barditas que tan al ruedo de la nave y jue asina como pude ver por arriba a todo el llanterío. ¡Son un chingamadral! Seguramente me quedé con la boca abierta, babiando y con el ojo cuadrado. ¿No me crée? Lo invito a que vaya, compruebe lo que le toy diciendo, se toma una selfi como yo y le pida a uno de los muchachos a la señorita que reciben las llantas, que les tomen una foto, asina tendrá el testimonio para siempre de algo que será dificilisisísimo que vuelva a ocurrir. En verdá es histórico, agún todavía no lo puedo creer. ¡ Son un chínguísimoo! ¡Y las que faltan! Lo primero que le dije a mi vieja cuando llegué a la casa jue que, qué güeno que agún todavía ahiga gentes comprometidas pa evitar la contaminación que causan las llantas y además, pa que a ver si asina baja el zancudero. Usted, ¿Ya llevó las suyas? Y… ¡ándales!, ya me colgué de nuez, áhi nos pa l´otra, graciotas.

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