Etapa crítica del dengue – Don Chimino

Por: J. David Flores Botello

ETAPA CRÍTICA DEL DENGUE. – La presente colaboración va dirigida al público en general pero con términos médicos que, no es posible definirlos porque se haría muy largo el texto, por fortuna, palabra que no entienda puede googlearla lo que le abrirá más el panorama sobre el dengue. El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, principalmente por el mosquito Aedes aegypti. En la actualidad, para su manejo clínico, se clasifica en: Dengue Sin Signos de Alarma, Dengue Con Signos de Alarma y Dengue Grave. El dengue sin signos de alarma se presenta en persona que vive o ha viajado en los últimos 14 días a zonas de transmision de la enfermedad y presenta fiebre de 2 a 7 días de evolución y 2 o más de las siguientes manifestaciones: náusea o vómito, exantema, cefalea o dolor retroocular, mialgias o artralgias, petequias o prueba del torniquete o leucopenia. También puede considerarse a todo niño proveniente o residente en zona de transmisión de dengue, con cuadro febril agudo, usualmente entre 2 a 7 días y sin foco infeccioso aparente. Se considera dengue con signos de alarma todo caso de dengue que cerca de, y preferentemente a la caída de la fiebre, presenta uno o más de los siguientes datos: dolor abdominal intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia, hipotensión postural, hepatomagalia mayor a 2 cm o aumento progresivo del hematocrito. Dengue grave es todo caso de dengue que tiene una o más de las siguientes manifestaciones: choque o dificultad respiratoria debido a extravasación grave del plasma, sangrado grave o compromiso grave de órganos. Una de las características importantes del dengue es su periodo crítico, que es el momento en el que los pacientes con dengue pueden experimentar complicaciones graves. El periodo crítico del dengue generalmente ocurre alrededor del tercer al séptimo día de la enfermedad. Durante este periodo, los pacientes pueden experimentar una disminución de los síntomas iniciales, sin embargo, es durante este periodo que pueden desarrollarse complicaciones graves, como el dengue grave que, como vimos, es una forma más severa de la enfermedad que puede ser potencialmente mortal si no se trata adecuadamente. Se caracteriza por un aumento en la permeabilidad vascular, lo que puede llevar a la acumulación de líquido en los tejidos y causar sangrado. Es importante destacar que no todos los pacientes con dengue desarrollarán complicaciones graves durante el periodo crítico. Sin embargo, es fundamental estar alerta y buscar atención médica de inmediato si se presentan síntomas que podrían indicar el desarrollo de dengue grave. El periodo crítico del dengue es crucial en términos de manejo clínico y estrategias de prevención. Durante este periodo, es fundamental que los pacientes sean monitoreados de cerca para detectar cualquier signo de deterioro y recibir el tratamiento adecuado de manera oportuna. Además, durante el periodo crítico, es esencial tomar medidas para prevenir la transmisión del dengue a otras personas. Esto incluye el control de los mosquitos vectores, como el Aedes aegypti, mediante la eliminación de los criaderos de mosquitos y el uso de repelentes de insectos. En resumen: en la etapa crítica vigile signos de alarma, nivel de plaquetas, hidratación, controlar la fiebre, reposo y cuidado adecuado. Es fundamental seguir las indicaciones del médico tratante y buscar atención médica de emergencia si se presentan signos de alarma o si hay un empeoramiento repentino de los síntomas. Agradecemos a nuestro amigo Dr. Jesús Ambrocio Molina experto en dengue, avalado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien acudió a Teloloapan Gro. a impartir el tema “actualidades en dengue clínico” el cual fue de mucho provecho para los médicos del sector salud y quienes se dedican a la medicina privada. Recuerde: la clave para controlar el dengue es evitar los criaderos.
DON CHIMINO.- Ya tamos a medio mes de junio y las aguas ni sus luces. En un mes ha cáido muy poca agua, casi como una miada de gato, dijiera mi Puchunga. Solo una noche cayó bonito pero apenas unos minutitos. Taba tan seca la tierra que bastó un día pa estar otra vez reseca, como si no viera llovido. Antes, cuando me llenaba yo de sudor durante el día, era seguro que caía l´agua. Ora, sudo como taco de canasta y ni madres que cái, la laguna de Toxpan y la presa de Tepécoa cada vez tienen menos agua. Nunca en mi vida me ´bía tocado tanta sequía. No quiero ni pensar qué va a pasar si este año llueve como en el 2023 que llovió poco y más pior si se prolonga la temporada de secas. Lo que sí me tiene apanicado es que ya hay hartas gentes que se han enfermado de dengue y que se las han visto negras o rojas, por aquello de los sangrados que les llega a dar. Mi comdre Choforita, esposa de mi compa Chón casi se nos va. Nunca ´bía visto yo a Chón tan priocupado por la salud de su mujer. La tuvieron que internar porque la salió sangre por sus narices, tenía hartos moretones en su cuerpo. Cuando gomitó sangre pensamos que ya era el final, pero, no es que tuviera sangrado del estómago, no. La sangre que gomitó jue la sangre que se tragó de la que le salió de sus narices. Le pusieron un tapón pa que no le saliera pa´jueras pero se le jue para arás y se la tragó. Gran susto que nos llevamos. Mi compadre juró ante la Virgen de Guadalupe que no iba a tomar ni una gota de alcohol hasta Navidá si la sanaba a su mujer. Un día, a pleno sol, se vino caminando dende su coloña, la Ejidal, allá por la antigua estación del tren, llegó a la entrada de la iglesia de San Francisco de Asís y dende la calle, se jue de dorrillas hasta el altar. Y, pa´que más caso le hicieran Diosito y la Guadalupana, no se puso pantalón, nomás un chor que le llegaba a medio muslo. Se le pelaron tanto sus dorrillas que casi durante una semana no podía ni dar paso. Cada día le hacían análises a mi comadre y cada día le bajaban más las plaquetas. Pensamos que en cualquier rato se iba a desangrar todita pero, cuando le llegaron a 9 mil, de milagro le comenzaron a subir y, a los 3 días siguientes, la dieron de alta. Yo jui por ella al hospital y la llevé a su cantón. Cuando mi comadre entró, agarrada del brazo de Chón, arrastrando los pies como si tuviera recién parida, se abrazaron ambos dos chille y chille. El que más lloraba era Chón besándola en su cabeza, en sus cachetes pachurrados de casi diez días de no comer. A punto tuve de ir a abrazarlos y hacerles el tercio de chillones pero mejor me jui sin hacer ruido pa dejarlos solos. Ora ando bien escamado, a cada dos horas me pongo redepente de inseptos, me compré una raqueta eléptrica, siempre tengo un periódico doblado listo pa´darle un mandarriazo a todo zancudo que vea o que me llegue a zumbar. Si se llega a meter uno al cuarto, yo y mi Puchunga no nos dormimos hasta que le damos matarile-rile-rón. Por eso dicen que el miedo no anda en burro y… híjoles, ya se acabó el espacio, áhi nos pa l´otra.

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