Tipos de cambios – Don Chimino

Por: David Flores Botello

TIEMPOS DE CAMBIOS.- Llegó diciembre, los adornos navideños y los arbolitos con todo tipo de adornos y luces empiezan a verse en hogares, centros comerciales, oficinas y en comerciales de radio y televisión. El tiempo va tan rápido que cada vez empezamos más temprano las celebraciones decembrinas, hace algunos años en Iguala iniciaban después del 12 de diciembre (celebración de la Virgen de Guadalupe), a partir de ahí se empezaban a colocar los arbolitos con los clásicos nacimientos, se mandaban tarjetas de Navidad y Año Nuevo entre familiares y amigos quienes recibíamos y enviábamos las nuestras, los servicios postales estaban saturados en esos días. Mandar tarjetas navideñas vía postal era mucho más personal que la forma actual de mandarlas, no solo por el puño y letra sino por el extra que podría llevar oculto, un beso, un aroma que en tres a cinco días llegaba a su destino, algunos mandaban docenas, otros solo unas cuantas. Hoy las felicitaciones son por Internet, las tarjetas se pueden personalizar, enviar grabaciones o incluso mensajes en video, se pueden enviar por cientos y al instante, pero perdieron un poco de magia, sin que dejen de ser un buen detalle de quienes los envían y para quienes los reciben. Estamos a unos días de cumplir tres años del inicio de la pandemia que vino a mostrarnos nuestra labilidad ante un agente infeccioso microscópico que ha estado ocupando a la humanidad para replicarse y seguir provocando olas como la quinta que está empezando, solo que al inicio el virus del COVID era más agresivo, letal y no teníamos vacuna. Ahora, a pesar de que ya está la quinta ola no se alarman en el mundo, no hay restricciones al turismo, al comercio y la vida sigue adelante sin alterar el movimiento económico como sucedió cuando llevó al colapso mundial. Con la recuperación económica que está teniendo México, finanzas sanas, mayor recaudación fiscal sin más impuestos, inversión extranjera cada vez mayor, incremento histórico en las remesas de los migrantes, aumento en la inversión pública y las obras emblemáticas terminadas y en proceso como el tren Maya, el Transístmico y la pronto puesta en marcha de la refinería Dos Bocas, la adquisición de la refinería de Deer Park entre otras. La estabilidad de nuestra moneda durante casi cuatro años, algo no visto desde hace décadas, nos hace pensar que vienen cosas buenas para los mexicanos, algunas ya son un hecho como los apoyos a estudiantes y no estudiantes, a pescadores, agricultores y a los mayores de 65 años. De ser el país donde nació el maíz, de ser exportadores, pasamos a ser importadores por erráticas políticas públicas, pero hemos vuelto a ser autosuficientes y no falta mucho para que volvamos a exportarlo. Cada vez se importa menos gasolina y el próximo año seremos autosuficientes. En materia de salud los igualtecos debemos manifestarnos para que nos volteen a ver las autoridades federales y estatales, que hagan grandes obras como las que están haciendo en otras ciudades, un hospital infantil, un centro de hemodiálisis y una sala de hemodinamia son indispensables. Debemos aprovechar la coyuntura de que la gobernadora es nuestra paisana y también lo es el delegado del Insabi a nivel nacional, que sabemos quieren a su terruño y podrían interceder para que los habitantes de nuestra ciudad y zonas aledañas se vean beneficiadas. Los niños que requieren hospitales de tercer nivel son rechazados por diferentes motivos lo que aumenta su morbi-mortalidad. Las personas con insuficiencia renal crónica que requieren hemodiálisis hasta 3 veces al día gastan una fortuna para mantenerse con vida, el llamado seguro popular no cubría dicho servicio y si no se es derechohabiente tienen que pagarlas si quieren seguir viviendo. Hace unos días se inauguró en Acapulco la primera sala de hemodiálisis con 21 sillones, se anunció que habrá una en cada región y seguramente aquí en Iguala habrá una. Sabemos que pronto habrá una sala de hemodinamia, que está en proceso y que permitirá salvarle la vida a quienes tengan un infarto. Iguala ya tendrá otro rostro en su centro histórico y pronto seremos pueblo mágico y no solo debemos serlo sino parecerlo. Son tiempos de cambios y debemos adaptarnos, respetemos el libre y seguro tránsito por las banquetas, actualmente ocupadas por jardineras, árboles, comercio ambulante y fijo, personas que se sientan con sus sillas obstruyendo por completo el paso sin la menor pena por obligar al transeúnte a usar la calle con el riesgo que ello conlleva. Son tiempos de cambios y nuestra ciudad debe tener los propios en beneficio de la población, adaptémonos y cambiemos (para bien) también, hay mucho por hacer.

DON CHIMINO.- En el puente de vacaciones que apenas pasó nos vinieron a visitar Norma su prima de mi Puchunga y su marido Eriberto, llegaron a un hotel del centro dende el viernes y se jueron el martes después de la comida. Se vinieron en una camioneta blanca del año de esas que son casi olímpicas porque su marca nomás tiene cuatro círculos no cinco. Ese día que llegaron juimos caminando a la pozolería que de por sí sabemos ir yo y mi vieja, les encanta ir cada que vienen, él prefiere el pozole verde y a ella los tacos de chorizo planchados pero, como siempre que vamos pedimos pata de botana tambor le entraron bien y bonito, tuvimos que pedir otra orden. Ya con unas cheves y unos mezquites entre pecho y espalda estuvieron pidiendo canciones guerrerenses a dos señores de guitarra que saben ir a darse la vuelta buscando clientes y que la verdá tocan y cantan bien, de José Agustín Ramírez se echaron la de Por los Caminos del Sur, Caleta, El Toro Rabón, Linaloe, Acapulqueña Linda, Ometepé Bello Nido. De Gerardo Reyes se echaron Pueblos de Guerrero, Sin Fortuna, Libro Abierto, Que Nos Entierren Juntos y unas de Joan Sebastian, como la de Guerrero Es, Tatuajes, Más Allá del Sol, Juliantla, Amorcito Mío, Y Las Mariposas, Gracias por Tanto Amor, Hasta que Amanezca y otras, salimos de áhi ya medios jumigados pero contentos, eran como las ocho, ya taba escuro pero mero a esa hora pasó una despedida de soltera con la banda de chile frito, la novia montada en burro, un hombre disfrazado de mujer con una escoba en la mano bailaba con una mujer disfrazada de hombre y varias gentes más mujeres que hombres bailaban al ruedo de la novia en cada esquina donde se detenían a hacer su desmadre con A la Víbora, a la Víbora de la Mar, filmaron con sus celulares, pasamos luego a las nieves con polvorones, quedamos de ir y juimos a otro día al Mercadito a echarnos unos menudos y una cheves, nos juimos luego cada quien a dormir un ratón y por la tarde quedamos de ir al restaurante que ta a la orilla de la presa de Tepecoacuilco, pasamos por ellos al hotel y nos juimos en su camioneta que me dejó bien apantallado, yo me jui con él de copiloto, tiene hartas pantallas, al frente, a un lado y en medio, los asientos se mueven con botones pa todos lados, cada uno tiene su propio aigre acondicionado, traye quemacocos, tiene sensores pa hartas cosas, hasta le avisa cuando un coche ta cercas a un lado o al otro, cámaras que miran pa´tras y pa los lados, la suspensión se puede bajar o subir depende si va uno en carretera o terracería onde hay piegras altas, es de las de 16 o sea 4X4 y corre que parece que va uno en avión, como en 4 segundos llegó a 100 por hora, hubo un cacho que corrió como a 170 y ni se sentía, rebasaba tan rápido y tan fácil que hasta me dieron ganas de comprarle una a mi Puchunga, de los 15 minutos que hace uno pa llegar este amigo hizo 8. A mí no me gusta mucho el güisqui pero le entré porque pidió del de 18 y ese de por sí sé que anque tome mucho no me pega duro la cruda y menos tragando como tragamos, pedimos unas pescadillas de pescado y nos llevaron unas bien grandes y gordas, con harta verdura y tres salsas distintas, comimos aguachile con salsa verde bien picosa y pescado a la talla con tortillas de mano recién hechas, luego, un postre de crepas con cajeta que yo la verdá me valió queso lo de los buenos modales y terminé lambiendo el plato. Nos regresamos como a las 7 de la noche porque ya taban cerrando, en la carretera, las luces de su coche aluzaban tanto que parecía era de día, cuando ya tábamos por llegar a Iguala, se oyó en las bocinas del coche “llamada de, Ingeniero Pedro celular”, “llamada de, ingeniero Pedro Celular”, miré que le apachurró un botón con un telefonito rojo, pasó como medio minuto y otra vez: “llamada de, Ingeniero Pedro Celular”, “llamada de,” que le apachurra el telefonito rojo otra vez, como 20 segundos después se oyó de nuez “Llamada de,” le volvió a pachurrar, más adelante se metió a la gasolinera que ta antes de la desviación pa´México, cargó gasolina, arrancó, agarró pa onde tan los baños, dijo que iba a miarbolito, cuando se metió pa dentro del baño se oyó en la bocina del coche que dejó encendido con el aigre puesto: “llamando a, Ingeniero Pedro celular”, “Llamando a, ingeniero Pedro Celular”, en eso, se oyó la voz de una mujer que dijo: “¡Hola Beto, ¿Cómo estás gordito?”, él dijo “bueno, buenooo” Y colgó, yo creo que se dio cuenta que su blutut quedó coneptado y… híjoles, ya me rete colgué or sí, áhi nos pa l´otra, graciotas.

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