Detectar a tiempo cáncer infantil, salva vidas – Don Chimino
Por: J. David Flores Botello
DETECTAR A TIEMPO CÁNCER INFANTIL, SALVA VIDAS.- El cáncer infantil puede aparecer en la vida de una familia sin previo aviso, cambiándolo todo en un instante. No distingue entre edades ni condiciones y, a diferencia del cáncer en adultos, no está vinculado a factores de riesgo conocidos como el estilo de vida. Es una enfermedad que nace en el cuerpo de un niño de manera silenciosa, pero con una detección temprana y un tratamiento oportuno, las posibilidades de vencerlo son altas. Muchas veces, las primeras señales pueden parecer inofensivas como por ejemplo: presencia de cansancio que no desaparece, fiebre que persiste sin causa aparente, moretones que aparecen con facilidad o una pérdida de peso inexplicable. Además, si a estos síntomas se suman dolores óseos recurrentes, palidez extrema, ganglios inflamados sin causa aparente o dolores de cabeza acompañados de vómitos matutinos, no espere más, es momento de acudir al médico. La detección temprana es la clave para aumentar significativamente las probabilidades de cura, que en muchos casos supera el 80%. Dentro de los tipos más comunes de cáncer en niños están la leucemia, que afecta la sangre y la médula ósea, los tumores cerebrales que afectan el sistema nervioso central, el neuroblastoma que se origina en el tejido nervioso, el tumor de Wilms que afecta los riñones y el linfoma, que es un cáncer en los ganglios linfáticos y el sistema inmunológico. Cada uno de ellos tiene sus propios retos y problemática, pero todos tienen algo en común: la importancia de identificarlos a tiempo. El diagnóstico de cáncer en un niño transforma la vida de la familia entera. Es un camino que requiere fortaleza, esperanza y el apoyo incondicional de quienes los rodean. No solo el niño necesita cuidados, sino también sus padres, hermanos y seres queridos, quienes enfrentan junto a él la incertidumbre y los retos del tratamiento. La comunidad, los amigos y los profesionales de la salud jugamos un papel vital en este proceso, proporcionando no solo atención médica, sino también acompañamiento emocional. Para los médicos y profesionales de la salud, la sospecha clínica es fundamental. Ante cualquier signo de alarma, es crucial realizar estudios complementarios como biometría hemática, estudios de imagen o derivación a oncología pediátrica lo más pronto posible. La falta de conocimiento o la minimización de los síntomas pueden retrasar el diagnóstico y afectar el pronóstico del paciente. La capacitación y actualización constante en la detección temprana del cáncer infantil es esencial para mejorar las tasas de supervivencia. Cada quince de febrero, como hoy, el mundo se une para recordar la importancia de esta lucha. No es solo una fecha en el calendario, es un llamado a la acción. Es el día en que nos comprometemos a informarnos, a difundir el mensaje y a apoyar a quienes están enfrentando esta batalla. Porque en la detección temprana está la esperanza y en la acción conjunta está la posibilidad de salvar vidas. Hoy, más que nunca, el conocimiento y la solidaridad pueden marcar la diferencia.
DON CHIMINO.- L´año pasado no hubo feria en mi Iguala de mi corazón, como cuando tampoco hubo debido al mentado Covicho ese que causó una tremenda mortandá de gentes. ¿Cuál jue la verdadera razón pa´que no haiga habido feria?, adivinar qué jue, pero lo que sí, no hubo billete pa´las gentes. Dígase lo que se diga, la feria trae feria, anque tambor se la lleva. Séase una cosa o la otra se mueve un chingo (con perdón de usté) de billelle. Millones. Ganan todos. El palenque, los dueños de los juegos mecánicos, los que organizan los toros, las gentes que venden en el tiatro del Pueblo casi siempre atiborrado de público, los jogdoqueros, los taqueros, los restoranes, los vendedores de picaditas, quesadillas y garnachas de todas. El consumo de cerveza es enorme. Ir a la feria y no echarse las tres de rigor es como no ir, o tan siquiera una caguama en un vasote tamaño ídem. ¡Ah! Y no se diga del negocio de los estacionamientos, los baños y los tatsistas que hacen su agosto, andan vuelta y vuelta y con tarifas de, por lo menos, 50% más. Los hoteles se atiborran, hay muchos visitantes y más ventas hasta en los Otsos. Por eso digo que todos ganan. Lo que sí es que salubridá ´biera de ir y llamarles la atención: el ruidal está de su chifosca mosca. Cualmás compite a ver quién deja más sordos en menos tiempo. Es una locura. Locura no solo de los que echan sonidos ruidosos que taladran los oyidos y dejan zumbidos, como si tuviera uno un panal de avispas o un nido de chicharras adentro, sino que, tambor tan orates quienes, valiéndoles un cacaguate no solo los soportan o toleran sino que además, los gozan. Y no se le ocurra ir a onde venden colchas, zarapes o a onde venden vasos, platos, ollas, cubetas y más porque, áhi si que se sacan el primer lugar en ensordecedores de gentes. Será el sereno pero yo me aprevengo con mis tapones de servilleta de papel porque, si me los pongo de papel del baño o de clínets, por el sudor, a luego se me meten pa´ dentro y pa´ sacármelos me cuesta un trabajal. Una vez me los tuvo que sacar mi Puchunga con la pincita que ocupa pa´arrancarse uno que otro bigotito travieso que ya le comienzan a salir. La feria de mi pueblo es del pueblo. Está abierta pa´que todas las gentes puedan ir y divertirse. Y vaya que van hartisisísimas gentes, no un mar sino un océano de gentes. Hay partes y días que, no puede uno ni dar un paso. No es por presumir pero es una de las ferias más pueblerinas que hay en todo México, más naturales. Se respira aigre de pueblo… y harto polvo. Lo que sí, hoy no me pierdo la ida al palenque de gallos: viene Marisela. Mi Púchun a luego me cotorrea, dice que soy su almirador de Marisela por su cuerpo y por su cara, pero yo le digo que no, que ni me fijo en eso, sino que canta muy cachonda, como arrumaqueando, como con harto sentimiento, como herida del corazón y enamorada del amor. Como esa que dice: “Sola con mi soledá, sola con mi sentimiento” O esa de “porque las cosas de la vida, contigo se viven mejor, toooooodo es mejor si tamos juntos los dos, porque tomados de la mano no hay eeen el mundo igual, sieeeeempreee seremos la pareja ideal, la parejaaaaa ideaaaaaaal”. Y sí, voyir a oyirla pero no a verla porque ya la vi en un video antier: ¡ay nanita! Tiene los pelos tan lacios que parecen fideos remojados que le cubren su cara bien restirada, como si se la ´bieran planchado con almidón. Y sus labios, aray, parece que le inyeptaron jaletina de fresa, bien rellenos como pan de feria. ¡Ah! Y, ¿qué crée? Anti antier me llamó Don Pedro, el que hace el original pan de Tlatscala en su propio horno. Me llamó pa´ saludarme y invitarnos a mí a mi Púchun a que pásemos a saludarlo a él y a su esposa Doña Irene y, dende luego, a comer a pellizcos, pan recién salido del horno, y las gorditas y doraditas que tambor áhi venden, y las flautas que nadien en toda la feria las hacen como ellos, hay colas y colas de gentes esperando comprarles. En veces no se dan abasto, por algo será y… ¡Recórcholis! Or sí me la crolongué, y eso que apenas empieza la feria. Áhi nos pa l´otra, graciotas.