Sergio Robles Gallegos
Acapulco, Gro. Aunas horas de que el magistrado Edmundo Román Pinzón fuera sepultado en este puerto, trabajadores de los diferentes juzgados hicieron una misa en su honor.


La misa fue oficiada por el párroco de la colonia Santa Cruz, Serafín Casiano Salado, quien en su homilía reconoció que “este mal que estamos viviendo de la violencia e inseguridad afecta a todos: ciudadanía, trabajadores del Poder Judicial y sacerdotes”.


La misa comenzó a las 14 horas de este viernes, en la planta baja de los juzgados de Caleta, donde estaban las oficinas del expresidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), quien fue asesinado a balazos a bordo de su automóvil el miércoles 11 de diciembre por hombres armados.


Trabajadores de la Sala Penal, Segunda Sala Familiar y Juzgados Civiles y Familiares de Primera Instancia del Distrito Judicial de Tabares fueron quienes acudieron y estuvieron presentes en la misa.


El párroco, quien sostuvo haber sido amigo de Román Pinzón, recordó que estudiaron juntos en la Preparatoria número dos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) en este puerto.


“En medio del dolor, me conmovió mucho cuando me enteré de este caso, porque también tuve la oportunidad de estudiar la preparatoria con él. Además, nos vimos en varios momentos. Nunca nos imaginamos lo que nos espera adelante, nunca pensé celebrar la misa por Edmundo, me da mucha tristeza, lloré”, expresó Serafín Casiano.


En la entrada a los juzgados, se observaron cuatro coronas de flores, una base con un arreglo floral, una Virgen de Guadalupe y un cuadro con la fotografía de Edmundo Román, colocada por sus compañeros de trabajo.


En la misa, el párroco advirtió que la violencia que se vive en este puerto es imparable.


“Ustedes lo saben mejor que yo, están en este ambiente, toda muerte viene a causar un dolor en la familia, dejan heridas profundas que nunca vuelven a sanar. Muchas veces se dejan niños huérfanos. No respetan sexo, les quitan la vida a mujeres, hombres, a un niño, a una niña e incluso sacerdotes, porque tenemos muchos sacerdotes que también han sido asesinados”, afirmó.


Serafín Casiano pidió a los trabajadores unirse a la búsqueda de paz, la cual, dijo, comienza por uno mismo, en los hogares, la calle, la familia y la sociedad.


Llamó a las autoridades a que garanticen la seguridad para todos, sobre todo a los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia, quienes “peligran mucho” en sus trabajos y por las funciones que desempeñan.


Durante la misa hubo presencia de policías estatales, tanto en el estacionamiento público y el edificio, tal y como informó Quadratín Guerrero.

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