Por: Antonio León

Los apologistas y lamebotas del dictador López Obrador, pretenden engañar a la ciudadanía en general, afirmando de manera por demás absurda que la reforma electoral enviada al congreso por el presidente Andrés Manuel es para mejorar el sistema electoral y que el INE no desaparece sino que se transforma, y que quienes se oponen a este cambio son, palabras textuales de AMLO: los conservadores, emisarios del pasado, anti demócratas, enemigos del pueblo, corruptos, racistas, clasistas y discriminadores. O sea que el que no piense como López Obrador es todo esto, más lo que se le ocurra en la siguiente mañanera.

En primer lugar el INE si desaparece, ya que se formará otra dependencia con una organización y funciones totalmente diferentes, la cual se llamará Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), el cual se presume será un organismo ciudadano independiente, lo cual es una mentira. López Obrador pretende que los consejeros de ese nuevo Instituto, se elijan a través del voto universal sin ningún perfil específico, es decir, cualquiera puede serlo aún sin preparación alguna, ¿quiénes propondrían a los candidatos? A pues lo harían EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, el Congreso y la Suprema Corte de Justicia. ¿A quiénes propondría Andrés Manuel?, pues a militantes o simpatizantes de su partido, por lo que de salir electos ese Instituto ya no sería imparcial. Ahora bien, los candidatos a consejeros tendrían que hacer campaña, y como no tendrán recursos ni infraestructura para ello, las campañas seguramente las harán los partidos políticos, y de acuerdo a las encuestas que hay de preferencia partidaria, seguro es que los consejeros que ganarían serían todos los que proponga López Obrador. Ahora bien, ¿quién organizará esta elección?, pues la Secretaría de Gobernación, pues el mencionado Instituto todavía no entraría en funciones. También pretende que la citada Secretaría de Gobernación sea quien elabore el padrón electoral y no el INEC, que tampoco tendría facultades para elaborar la credencial de elector.

¿Qué le parece?, ¿acaso esto no sería como regresar al sistema hegemónico que había antes de que existiera el IFE que después cambió a INE? ¿Qué pretende con esto Andrés Manuel?, simple y sencillamente asegurar la permanencia en el poder a su partido MORENA, a través del control total del nuevo Instituto.

¿Tiene razón López Obrador para querer desparecer al INE? Claro que no, este Instituto ha sancionado las últimas cuatro elecciones para presidente de la República, dos de ellas las ganó el PAN y una el PRI, y otra MORENA, El Revolucionario Institucional que se había mantenido durante 70 años en el poder, solamente ganó una de esas últimas cuatro. La victoria electoral de AMLO la sancionó el INE al que tanto odia, y con este árbitro electoral, MORENA ha ganado 21 gubernaturas, y el gobierno de la Ciudad de México ¿Hay alguna prueba en contra del INE de que haya inclinado la balanza de manera ilegal en contra de MORENA?, claro que no.

Si la queja es que muchos recursos económicos son para gastos innecesarios en el INE, bueno, pues con leyes que reglamenten sus gastos se soluciona el problema. Si la queja son los altos salarios, se debe aplicar la ley que señala que nadie ganará más de lo que gane el presidente de la República en los consejeros que vayan entrando a este Instituto, ya que las leyes no son retroactivas, por eso Lorenzo Córdova ganó un amparo contra dicha ley. Si su razón para quitar al INE son Lorenzo Córdova y el consejero Ciro Murayama con quienes tiene un pleito enfermizo porque tienen un salario mayor que el de él, supongo que debe saber que en seis meses se termina el periodo de funciones de estos dos consejeros y tendrán que dejar el puesto.

Así que no se justifica la desaparición del INE, puesto que ha sido un árbitro electoral imparcial, y la única razón para hacerlo es el deseo dictatorial de AMLO de controlar las elecciones a favor de su partido a través de la manipulación del que sería el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, ya que como se ha visto en estos poco más de cuatro años de su gobierno, Andrés Manuel no tolera que ningún funcionario lo contradiga ni piense de manera diferente a él, pues es un enfermo mental que se cree un ser perfecto que nunca se equivoca y que está por encima de todos los mexicanos.

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