Por: Antonio León

La niña Josefina de 2 años de edad, originaria del Llano de La Rana municipio de Metlatónoc, murió después de que sus padres acudieron varias veces al hospital de Tlapa y ahí le dijeron que necesitaba un especialista porque tenía problemas del corazón, la familia a veces no tiene ni para comprar frijoles, así que mientras conseguían para llevarla a algún hospital de especialidades la menor falleció. En esa comunidad el 64% de la población vive en casa con piso de tierra, sus techos son de lámina, sin luz ni agua potable, el único camino que los comunica con las demás poblaciones es de terracería, sólo un transporte hay para salir de ahí, es una camioneta de redilas que sólo hace el viaje al día hasta que se llena, por eso la mayoría van caminando a la comunidad más cercana, El Zapote, para surtirse de lo que no hay en su pueblo, recorrido que se hace en 3 horas, su alimentación cotidiana son quelites, frijoles y tortillas.

En los pueblos de la montaña no hay médicos ni profesores, el gobierno se justifica diciendo que nadie quiere ir a trabajar a esas comunidades, el abandono y discriminación de estos pueblos es indignante. La mayoría son analfabetas. Hay días en que no tienen absolutamente nada para comer, entonces les dan a los niños agua con sal para mitigar un poco su hambre, en estas circunstancias es muy frecuente que los niños tengan una muerte prematura.

Este es el estado que no menciona la gobernadora de Guerrero en sus pasarelas de lucimiento mediático personal.

NOSOTROS SABEMOS que los políticos nos mienten. Los políticos saben que nos mienten. Ellos saben que sabemos que nos mienten. Nosotros sabemos que ellos saben que sabemos que nos mienten. Y sin embargo ellos siguen mintiéndonos, y nosotros se lo seguimos permitiendo (Alexander Solzhenityn).

LA BUENA CONVIVENCIA no consiste en que seamos seres humanos perfectos, sino en que seamos responsables de nuestros actos y maduros para afrontar las consecuencias de ellos. El triunfo en la vida no consiste en amasar una gran fortuna o tener inmenso poder, sino simplemente en amar y ser amado al margen de todo bien material. La felicidad no consiste en tener muchas cosas, sino en disfrutar plenamente las que de verdad valen la pena.

SE DEDICÓ CON GRAN INTENSIDAD a escribir cuentos de terror, doce horas diarias sin descanso eran su rutina de todos los días hasta los domingos. Sus lectores que eran cientos de miles por el realismo terrorífico con que escribía, esperaban a diario con impaciencia el cuento que publicaba en un periódico de circulación nacional. Pasaron los años y un día se dio cuenta de que se le habían terminado los personajes, había inventado historias de todos, hasta del perro y el gato de la familia, entonces decidió escribir un cuento en donde él sería el personaje. No terminó de escribirlo, antes de concluirlo cayó muerto de miedo.

SIEMPRE LLEVÓ UNA VIDA intrincada y hermética, al amparo de las más arduas jornadas de contemplación, pero cuando conoció a una mujer que era un ángel caído, se dejó conducir por ella sin precaución alguna, hasta las puertas de algo que parecía sin serlo el paraíso.

Hasta el próximo martes estimado lector.

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