Por: Antonio León
Nunca hables de ti como si fueras un ser extraordinario, nadie lo es, ni los políticos, ni los líderes sociales ni religiosos, ni nadie, si lo haces es porque eres un ser inseguro de lo que vales por ti mismo, además cuando los demás conozcan lo que realmente eres te quedarás solo.
Al final de tu jornada cotidiana, analiza lo que pensaste, lo que sentiste, lo que deseaste, lo que dijiste y lo que hiciste, y busca el por qué de esas acciones. Este es el primer paso para despertar la conciencia de ti mismo, es decir, tu propia conciencia de la vida y no la que te imponen desde afuera.
LA RESPUESTA.
El capitán fue a ver al guerrillero que tenían prisionero, lo torturaban dos soldados para que dijera la ubicación de su líder, quien ya se había convertido en un símbolo de lucha para las clases populares del país. Después de darle una patada en el estómago al detenido, le dijo: “¡en dónde está tu líder miserable delincuente! Quiero encontrarlo para acabar de una vez con esta guerrita que de todos modos van a perder”. El guerrillero ensangrentado, a punto de desfallecer, mirándolo a los ojos le dijo: “no es acabando con nuestro líder como se va a acabar esta guerra, sino acabando con la explotación y la corrupción que generan hambre y miseria”. Después cerró los ojos y se abandonó a su desgracia.
BRINDEMOS POR LOS LOCOS, por los inadaptados, por los rebeldes, por los alborotadores, por los que no encajan, por los que ven las cosas de una manera diferente, porque las personas que se creen tan locas como para pensar que mejoran al mundo son los que lo hacen (Kerouac).
LAS INTERROGANTES más sencillas pueden ser las más profundas, como por ejemplo: ¿qué es lo que quiero, y si eso es trascendente? Plantéate esa pregunta de tiempo en tiempo, para que te des cuenta si has madurado mentalmente o no (Richard Bach).
EL SECRETO de la vida está encontrar cuál es nuestra habilidad trascendente, y poner toda nuestra atención en desarrollarla (Madame Blabatsky).
UN SACERDOTE fue encerrado en el manicomio porque cumplió la palabra de Cristo: vendió las posesiones de la iglesia y el dinero lo repartió entre los pobres (Bertrand Russell).
LA SOCIEDAD ignora a aquellos que no se identifican con ningún grupo. El sabio agradece ese tipo de marginación.
EL SUEÑO.
Se despertó Cutberto sumamente sobresaltado, sudando frío por la angustia de haber sentido que un tipo le enterraba un cuchillo, miró a su alrededor, estaba acostado en la cama de su cuarto en su casa, se quedó inmóvil unos cuantos segundos mientras se regularizaba su respiración, poco después, ya tranquilo, pensó: “qué bueno que fue una pesadilla, tal vez me hizo mal la cena”. En ese instante sintió una cuchillada en el estómago que le llegó desde la oscuridad. Ahora si no estaba soñando.
Hasta el martes próximo estimado lector.