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Indonesia. Estados Unidos y sus aliados occidentales multiplicaron el viernes la presión contra Rusia para que ponga fin a la guerra en Ucrania, en una reunión ministerial del G20 en Bali a la que asistió el canciller ruso.


El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, coincidieron por primera vez desde la invasión rusa en febrero en este encuentro de jefes de la diplomacia del G20 de potencias industrializadas y emergentes en la isla indonesia de Bali.


«Lo que hemos escuchado hoy es un gran coro de todo el mundo, no sólo de Estados Unidos (…) sobre la necesidad de poner fin a la agresión», dijo Blinken a los periodistas.


Desde el arranque del encuentro, Indonesia instó al fin del conflicto, haciendo hincapié en sus graves consecuencias para todo el mundo.


«Es nuestra responsabilidad terminar con la guerra más temprano que tarde y resolver nuestras diferencias en la mesa de negociaciones, no en el campo de batalla», declaró la ministra indonesia de Relaciones Exteriores, Retno Marsudi, en presencia de Lavrov.


El mundo apenas de recuperaba de la pandemia y ahora los efectos de la guerra «se sienten globalmente, en los alimentos, la energía y los presupuestos», señaló. «Y como siempre, los países pobres y en desarrollo son los más afectados», agregó.


Blinken se había reunido antes con los ministros francés, alemán y un representante británico para hablar de esta guerra «injustificable y no provocada», según informó el departamento de Estado en un comunicado.


El jefe de la diplomacia estadounidense denunció la responsabilidad de Rusia en la crisis alimentaria y energética mundial y pidió a Moscú autorizar la salida de grano de Ucrania.

«A nuestros colegas rusos: Ucrania no es su país. Su grano no es su grano.¿Por qué bloquean los puertos? Deben dejar salir el grano», dijo.

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