Por: Antonio León

Elpidio: Compadre ¿ya sabes lo que va a hacer el presidente?

Aquilino: no compadre, ¿qué es lo que va a hacer?

Elpidio: pues que el presidente se va a gastar 20 millones de pesos en tres monumentos, ¿y mire cómo estamos de jodidos aquí?, igual que en las otras catorce comunidades del municipio.

Aquilino: Oiga compadre se me hace gacho que esto vaya a ser verdad, con tantas necesidades importantes que tenemos en las comunidades, hay que hacer algo, qué tal si vamos a hablar con el presidente, a lo mejor y lo hacemos entrar en razón.

Elpidio: no lo creo compadre, pero no le quito la intención, vamos a verlo.


Llegan al palacio municipal, el primer edil no estaba, andaba poniendo guapa a la ciudad. Lo esperaron varias horas, y aunque tarde los recibió.

Elpidio: buenas tardes señor presidente, venimos a hablarle de los monumentos que van a costar 20 millones de pesos y de lo fregada que está nuestra comunidad.

Presidente: espérenme tantito, téngame paciencia, para hacer una ciudad inigualable y guapa se necesita tiempo, no se desesperen.

Aquilino: si señor presidente, pero usted no representa solamente a una ciudad, representa también a las 15 comunidades del municipio, y nos tienen olvidados, nomás viendo cómo se invierten millones de pesos en la cabecera y en nuestros pueblos nada.

Presidente: ¿cómo que nada, ya le estoy haciendo su bordo para almacenar agua a una comunidad, así que espérenme tantito, ya les llegará su turno para que su pueblo sea guapo e inigualable.

Elpidio: con todo respeto, compare nomás lo que va a costar el bordo con lo que va a invertir en los monumentos.

Presidente: aguántenme un poco, comprendan que este es un proyecto de embellecimiento inigualable que nos va a hacer famosos en todo el país, y después vendrá una derrama económica que nos va a salpicar a todos, que digo salpicar, nos va a empapar.

Aquilino: disculpe señor, pero ese discurso lo venimos oyendo desde que usted entró al gobierno y nuestros pueblos siguen igual, ya desconfiamos de todo hasta de nuestros sueños de que en nuestro pueblo haya mejores condiciones de vida.

Elpidio: con todo respeto señor presidente, nos trata como personas de segunda, nomás compare lo que ha invertido aquí con lo que ha invertido en las quince comunidades, ni juntas alcanzan la millonada de aquí, debería de invertir lo mismo, 20 millones en sus monumentos y 20 entre las 15 comunidades.

Presidente: tranquilícense, no ven lo que dice el dicho de que a cada capillita le llega su fiestecita, ya verán cuando esté el obelisco de 30 metros, hasta se van a ir para atrás de la emoción cuando lo miren, y con el monumento de los 3 triangulitos con los colores de La Bandera, les va a inspirar ponerse firmes y saludar, ¡ah!, y con los círculos color oro y plata hasta les van a brillar los ojitos de orgullo cuanto pasen por ahí.

Y así continuó la charla con quien sólo escucha su propia voz, en busca de acciones rimbombantes como si fuera una estrella del espectáculo, con demasiadas ideas para agenciarse la fama a través de frases publicitarias rebuscadas que nada tienen que ver con la eficiencia en la función pública. Mientras los habitantes de las 15 comunidades del municipio sólo aspiran a vivir más o menos decentemente, sin tantas noches pobladas de insomnios ante la falta de los servicios básicos: agua para uso doméstico, recolección de basura, drenaje, salud y pavimentación. Con la esperanza marchita mirando hacia la entrada de sus comunidades por donde nunca llegan los beneficios sustanciales del gobierno municipal, inundado en excesos por conseguir fama.

Hasta el martes próximo estimado lector.

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