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Estados Unidos. Más de 300 millones de niños y niñas en todo el mundo enfrentan una dura realidad: viven en condiciones de extrema pobreza, según un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en colaboración con el Banco Mundial. Este informe arroja luz sobre una problemática que afecta a un número alarmante de menores en el planeta.


Los datos revelan que, aunque se había logrado cierto progreso en la reducción de la pobreza infantil en los años previos a la pandemia, la crisis sanitaria mundial ha tenido un impacto devastador en la economía, revirtiendo estos avances.


En concreto, se estima que unos 30 millones de niños y niñas habrían salido de la pobreza extrema en los últimos tres años si no hubiera sido por las disrupciones causadas por la COVID-19.


Pobreza golpea al África subsahariana
Entre las regiones más afectadas por esta problemática se destaca África subsahariana, que registra un 40 % de menores viviendo en condiciones de extrema pobreza. Además, esta región está contribuyendo de manera significativa al aumento de la tasa global de pobreza infantil debido a varios factores, incluido el rápido crecimiento demográfico, desastres medioambientales y los efectos continuos de la pandemia.


Sorprendentemente, solo África subsahariana, el norte de África y Oriente Medio han experimentado un aumento en los niveles de pobreza infantil extrema en los últimos años.


La publicación de estos datos críticos coincide con el inicio de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, donde líderes de todo el mundo evaluarán el progreso hacia los objetivos de desarrollo sostenible establecidos en 2015.


Sin embargo, según Unicef y el Banco Mundial, el objetivo de eliminar la pobreza infantil extrema para 2030 no se cumplirá si no se toman medidas significativas.