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Estados Unidos. Israel ha perpetrado una campaña de «ataques deliberados» contra el sistema sanitario de Gaza, algo que constituye «crímenes de guerra y el crimen contra la humanidad de exterminio», denunció este viernes un nuevo informe de la Comisión de Investigación de la ONU para los Territorios Palestinos.


El informe de la comisión que preside la prestigiosa jurista sudafricana Navi Pillay, antigua alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, asegura que las fuerzas israelíes han cometido en el último año «ataques incesantes e intencionados sobre personal de instalaciones médicas».


«Israel debe detener inmediatamente esta destrucción sin sentido de las instalaciones sanitarias con la que atenta contra el derecho a la salud, algo que podría tener perjudiciales efectos a largo plazo en la población civil», afirmó Pillay en un comunicado con motivo de la publicación del informe, que se presentará ante la Asamblea General de la ONU el 30 de octubre.


«Las fuerzas israelíes han matado, detenido y torturado a personal médico, han fijado como objetivo de algunos ataques vehículos sanitarios durante su asedio a Gaza y han restringido los permisos para salir de la Franja para que pacientes reciban tratamiento», agrega el documento.


La comisión que forman Pillay y los expertos Miloon Kothari (India) y Chris Sidoti (Australia) destacó en el informe que los ataques a la sanidad de Gaza han afectado también instalaciones pediátricas y de cuidado a recién nacidos, en violación del derecho a la vida de numerosos niños.

También se han dado ataques deliberados contra unidades de atención sexual y reproductiva, en violación de los derechos de la mujer.

El informe dedica un capítulo aparte al tratamiento de detenidos y rehenes en el conflicto entre Israel y Hamás, donde se acusa a las dos partes en conflicto de torturas, abusos sexuales, asesinatos en cautividad y otras graves violaciones de derechos humanos.

En el caso de palestinos bajo cautiverio por parte de las autoridades de Israel, «miles de ellos han sufrido abusos sistemáticos» que podrían constituir crímenes de guerra.

«Muchos hombres detenidos son violados, sufren agresiones en sus órganos sexuales y son sometidos a situaciones humillantes, desnudos, con el objetivo de extraer de ellos información», indica el informe, que también denuncia que muchos menores palestinos detenidos regresan a Gaza «gravemente traumatizados» tras ser liberados.

Los maltratos sobre los detenidos palestinos, asegura el informe, se cometen «bajo órdenes directas del ministro (de Seguridad Nacional) israelí Itamar Ben-Gvir, y son alimentados por declaraciones gubernamentales que incitan a la violencia y la venganza».

En cuanto a los rehenes israelíes y de otros países en manos de Hamás y otros grupos armados palestinos, el informe denuncia que muchos han sufrido violencia física, sexual, aislamiento forzado, amenazas, humillaciones y acceso limitado a alimentos, agua y otros bienes básicos.

Han sido forzados a participar en vídeos «con el fin de infligir tortura psicológica a las familias de los rehenes», y algunos de ellos han sido asesinados en cautividad, por lo que Hamás y otros grupos podrían haber cometido en este sentido crímenes de guerra y contra la humanidad, concluye el documento de la comisión.

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