Por: Isidro Bautista Soriano
La lucha por las mujeres debe darse todos los días, sin cesad como pide Dios por cuanto a orar, y no sólo en torno al 15 de febrero, Día de la Mujer Mexicana, y al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Debe darse hasta que se les valore en los hechos.
No debe ser como en el noviazgo, cuando les prometen darles la luna y las estrellas, o tenerlas como reinas si dan el sí, y que ya en el matrimonio, las palabras chocan con la realidad. Desde luego, no ocurre en todos los casos.
Según el INEGI, durante el año 2021, se registraron en México 149 mil 675 divorcios, lo que representa —precisó— un incremento de 61.4 por ciento con respecto a 2020.
Usted posiblemente diga: ajá, y esto qué tiene que ver con el Día de la Mujer. Es un ejemplo de que una cosa es comprometerse en el papel, de firmar un contrato marido y mujer, para tener relación conyugal, en el que se juran amarse toda la vida o vivir bajo el mismo techo en las buenas y en las malas, y otra cosa es que realmente se cumpla.
El problema es cuando viven en las malas, y malas todos los días, y de ahí no pasan.
Claro que dicho contrato puede revocarse, porque la misma ley lo prevé, y ahí están las cifras crecientes del INEGI.
Las entidades que registraron las mayores tasas de divorcio por cada 10 mil
habitantes de 18 años o más fueron Campeche, con 46.6; Sinaloa, con 40.2, y
Coahuila, con 37.4. La tasa nacional fue de 16.9.
Las principales causas de divorcio a nivel nacional fueron —señaló— el divorcio incausado, con 65.9 por ciento, y el mutuo consentimiento, con 32.7 por ciento.
Puntualizó que en México, las mujeres se divorcian ligeramente más jóvenes que los hombres.
¿Por qué será? Usted ¿qué cree? Tomarán la decisión de separarse ¿por la clase de trato que les dan? ¿porque el marido no cumple, o por qué más podría ser? o porque el marido cumple ¿pero dejó de amarlo?
La mujer no sólo parece físicamente más honrada que el hombre sino también lo es en múltiples ejemplos, y en muchos, pero muchos casos, incluso más preparada profesionalmente.
Tomar las calles, como una vez más lo hicieron el 8 de este mes, debe ser cada vez que no les cumplan dentro y fuera de la casa, como aquella hija que le toma la palabra al papá diciéndole ¿y la camioneta? ¿y la camioneta?
¿y la camioneta?… hasta que le da las llaves y el papelito a su nombre.
La lucha debe darse como también la hace el padre que ve mancillada a su hija: ahora le cumples porque le cumples, y así, pues el hablador le tuvo que cumplir, y cumplir en todo.
Un saludo fraternal a mujeres luchonas como Rosa Icela Ojeda Rivera, Liduvina Gallardo Suástegui, Indalecia Pacheco León, Emma Cerón Díaz, Marina Reyna Aguilar, Beatriz Eslava Borja, Erika Salinas Valdez, Silvia Galeana Valente, Yadira Vela Caballero, Erika Jazmín Garrido Lara, Rosa María Gómez Saavedra, Elvira Susano Randa, María Inés Huerta Pegueros y María Luisa Garfias Marín, entre otras más de una lista interminable.