Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Junio 23.- El asesinato de los sacerdotes jesuitas en Chihuahua y la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador contra la violencia e inseguridad desató un “encontronazo” en la Comisión Permanente entre Morena y la oposición, que exigió replantear su “fallida estrategia» y romper el pacto de impunidad con los carteles criminales.

“No hay nada peor que la claudicación del Estado”, fustigó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Kenia López.

La panista demandó al presidente López Obrador romper el pacto de impunidad que tiene con el crimen organizado, pues le explicó que ese no es el camino para pacificar al país.

Aseveró que la estrategia de “abrazos no balazos” claramente ha sido rebasada y no funciona, porque se ponen del lado de los delincuentes y no del lado de las víctimas.

Los criminales, dijo, se quedan con los abrazos y las familias mexicanas con los balazos.

Se pronunció, como lo propuso Ricardo Monreal, coordinador de Morena, por revisar ya el plan de seguridad del gobierno federal.

“Exigimos al titular del Ejecutivo y a las instituciones del Ejecutivo Federal a que terminen con la política de abrazos no balazos. México ya no puede soportar más sangre. Se ha multiplicado en los hogares el llanto de las familias que sufren por una persona fallecida en casa. Lo dicen las cifras oficiales, mayo es el mes más violento del año, con 2,910 víctimas de homicidio doloso y feminicidio. La administración del presidente López Obrador ha alcanzado 121, 642 asesinatos, superando los 120,463 acumulados en toda la administración del presidente Calderón”.

La mayoría parlamentaria de Morena acusó a la oposición de intentar sacar beneficio político de la tragedia y acusó al gobierno de Chihuahua de proteger al asesino de los sacerdotes.

“Con su perversidad y su sacar de contexto las cosas, dicen que nuestra política es de abrazos y no balazos, como si la Guardia Nacional saliera con los brazos abiertos a abrazar delincuentes, a ver a quién va a darle besos” , aseguró el petista Gerardo Fernández Noroña

Aseguró que ahora no hay desapariciones forzadas como la “la herida abierta de los 43 normalistas de Ayotzinapa”. “Eso no sucede en nuestro gobierno, no hay civiles asesinados en retenes por no detenerse, no hay daños colaterales”, aseveró

La respuesta vino de inmediato por el senador priista, Jorge Carlos Ramírez, quien enumeró las tragedias inéditas registradas en esta administración.

“Vamos a ser claros, dicen no hay masacres, nunca habíamos tenido un fusilamiento colectivo. nunca se había registrado desfiles militares, pero no de militares sino de civiles, nunca se había atentado contra el secretario de seguridad pública de la Ciudad de México en la propia ciudad, nunca se había capturado a un capo y lo habíamos tenido que soltar por evitar un baño de sangre, lo cual significa reconocer nuestra derrota frente a la delincuencia organizada”, reviró

La oposición reclamó la postura de culpar al pasado y no entregar resultados en materia de seguridad.

“Reconozcamos que estamos en un estado fallido en materia de seguridad, ya asuman su responsabilidad, querían gobernar este país, háganlo pero dando resultados en materia de seguridad”, punzó la panista Gina Cruz Blackledge.


La “gota que derramó el vaso” en esta ocasión fue el asesinato de los sacerdotes jesuitas en Chihuahua y reclamaron la inacción y normalización que hay en este sexenio de las masacres y ejecuciones en todo el país.

“ Vamos de escándalo en escándalo, un día se fusila a unos individuos y es un escándalo de unos días, hoy se mata a dos jesuitas cumpliendo con su misión pastoral y es un escándalo pero de fondo no hemos mejorado absolutamente nada y eso es lo que nos debe de importar, eso es lo que nos debe de doler”, fustigó el senador priista Jorge Carlos Ramírez Marín

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