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Toronto, Canadá., Canadá es territorio de Patricio O’Ward. Pato se sacudió la malaria en la tierra de la hoja de Maple y ganó el Gran Premio de Toronto, su segunda carrera de la temporada y novena como piloto de IndyCar Series.


Sí, el circuito callejero de Toronto por fin cedió al poderío del mexicano, quien vio la bandera a cuadros en una jornada accidentada y en la que la clave fue una estrategia efectiva al cambiar sus neumáticos blandos de forma rápida y con dos banderas amarillas que fueron claves.


El regiomontano comenzó desde el décimo lugar y tuvo grandes duelos con Alexander Rossi, hasta que tuvo que hacer una segunda detención para no forzar su Arrow McLaren. Y justo como si se hubiera anticipado a un accidente, la parada fue clave, ya que Rossi tuvo un choque con el muro y forzó una bandera amarilla en la que muchos equipos se detuvieron en los pits, con lo que el mexicano escaló al top 5. Ya como parte del pelotón delantero, otro accidente tomó protagonismo en Toronto, ahora con un incidente en el que el auto de Jacob Abel acabó encima del bólido de Josef Newgarden. Otra bandera amarilla y apenas 36 vueltas recorridas.


Álex Palou y Scott Dixo, que hasta ese momento se encontraban en la delantera, hicieron detención a pits que les complicó la carrera, al terminar entre todos los coches; por parte de Pato, el de Monterrey tomó la punta tras llegar al ecuador de la carrera.


No hubo más que dominio del mexicano, quedándose enfrente de Rimus VeeKay y encaminándose hacia la ansiada bandera a cuadros. Una carrera fatídica para el español, que sigue líder pero apenas pudo rescatar la duodécima posición, mientras que O’Ward por fin pudo domar Toronto, un territorio bastante especial para los mexicanos, ya que fue aquí cuando Adrián Fernández logró su primera victoria de CART, cuando acabó primero aquel 14 de julio de 1996.


Ahora, Pato se une a una de las grandes figuras del automovilismo mexicano en el país norteamericano con un triunfo que aunque terminó bajo la bandera amarilla por un choque de Siegel y Rosenqvist a dos giros de la conclusión, no parecía realmente que hubiera marcado una diferencia, porque el mexicano nos entregó una actuación memorable que nos hizo recordar por qué es considerado uno de los nuevos ídolos del deporte motor en territorio nacional. ¡Pato celebró a lo grande y con sombrero charro!