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Jerusalén, Israel. Más de 2 mil personas han perdido la vida y más de 9 mil 500 han resultado heridas en una serie de ataques que Israel ha llevado a cabo en diversas zonas del Líbano en el último año. Sin embargo, la mayoría de las víctimas se registraron en las últimas dos semanas, debido a una intensificación de los bombardeos por parte de las fuerzas israelíes. Según un informe publicado este viernes por la Presidencia del Consejo de Ministros de Líbano, Israel ha lanzado un total de 153 ataques en distintos puntos del país, principalmente en el sur, el este y los suburbios del sur de Beirut, conocidos como Dahye, donde se concentra gran parte de los daños.
Hasta este viernes, al menos tres hospitales de Líbano, uno de ellos en los suburbios del sur de Beirut, anunciaron el viernes la suspensión de sus actividades debido a los bombardeos israelíes en el país, según comunicados difundidos por la agencia nacional de noticias (ANI). El hospital de Santa Teresa, junto a los suburbios del sur de la capital, anunció que interrumpe sus servicios debido a los ataques israelíes en las inmediaciones, al igual que otros dos hospitales del sur de Líbano, indicó la agencia.
Nasrallah fue «provisionalmente» enterrado en un lugar secreto, según fuente cercana a Hezbolá
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, asesinado hace una semana en un ataque del ejército israelí, fue enterrado «provisionalmente» en un lugar secreto por temor a que sus funerales sean blanco de otro ataque de Israel, indicó el viernes a AFP una fuente cercana al movimiento proiraní.
«Sayyed Hasán Nasralá fue inhumado en un lugar provisional, a la espera de que las circunstancias permitan celebrar funerales con participación de la gente», declaró la fuente, que pidió anonimato.
La fuente precisó que de momento es imposible celebrar funerales populares en los barrios del sur de Beirut, «dadas las amenazas israelíes de atacar a los participantes en las exequias y el lugar de sepultura».
El rito musulmán chiita autoriza el entierro en un lugar temporal en caso de circunstancias excepcionales.
El líder de Hezbolá, en el cargo desde hacía más de tres décadas, murió el 27 de septiembre en un bombardeo israelí en el sur de Beirut, el bastión de la formación libanesa proiraní. Según un responsable libanés que pidió anonimato, Hezbolá trató a través de dirigentes libaneses de obtener «garantías» de Estados Unidos para poder celebrar funerales populares, pero a causa de los continuos bombardeos israelíes en Líbano, no las obtuvo.
Una semana después, Hezbolá no nombró a ningún sucesor a Hassan Nasrallah. Entre los nombres posibles circuló el de su primo Hashem Safieddine, que habría sido blanco de nuevos ataques israelíes este viernes de madrugada en Beirut.