Los grandes proyectos para Chilpancingo

Por: Ricardo Castillo Barrientos

Invariablemente, siempre se comenta que la capital del estado de Guerrero es considerada como la peor ciudad de la República mexicana, en imagen urbana. Sin atractivos que mostrar a visitantes, y sí, un cumulo de problemas que saltan a la vista.

Gobernantes de los tres niveles han ofrecido atención y solución a la problemática que le aqueja desde hace décadas y que sigue vigente.

La escasez de agua en Chilpancingo viene generando conflictos sociales que afecta a toda la población. Los bloqueos de calles son constantes y los capitalinos se ven obligados a caminar largas distancias ante la frecuente interrupción del servicio del transporte público.

Se han pretendido soluciones, sin embargo, los intentos han sido fallidos o puros paliativos. No habido solución definitiva, cuando algunos especialistas han emitido opiniones proponiendo que el río Mezcala se convierta en la principal fuente de abastecimiento de la capital del estado. Las fuentes de captación de Omiltemi, Acahuizotla y Mochitlán, ya dieron todo lo que deben de dar. No hay darle más vueltas, se requiere una fuerte inversión que podría ejecutarse en varias etapas y en un periodo transexenal.

Otro gran proyecto consistiría en el embodegamiento y saneamiento del río Huacapa, que atraviesa a la ciudad como un cáncer maligno; no se conocen proyectos institucionales tendientes al mejoramiento ambiental y urbano, en esa importante vía citadina. Álgido tema pendiente de la agenda ambiental.

En el año 2012, durante el gobierno de Ángel Aguirre, se anunció con bombo y platillo, la modernización del transporte urbano en las ciudades de Chilpancingo y Acapulco, con la construcción del “Acabús» y “Chilpobús”. El primero logró concluirse durante el gobierno de Héctor Astudillo y el segundo, no logró arrancar ante la intempestiva salida del gobernador Aguirre Rivero. Es otra tarea pendiente, como también la conclusión del bulevar del río Huacapa.

Marea Baja.- A propósito del transporte urbano, las autoridades en la materia no han querido atorarle y poner todo su empeño y dedicación por encontrar salidas adecuadas que dejen satisfechos tanto a transportistas como usuarios. No es así porque los choferes de Acapulco han impuesto sus propias tarifas sin autorización del gobierno estatal, mientras que en Chilpancingo, se mantienen hasta el momento inalterables.

Se argumenta que la anarquía en este sector obedece a la infiltración de bandas criminales, que se refleja con las muertes de decenas de transportistas, en las principales ciudades del estado y de vez en cuando, con el estrangulamiento por bloqueos de las principales arterias de Acapulco.

Marea Alta.- El intempestivo anuncio de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), del incremento del 7.82 por ciento de las tarifas de carreteras, vendrá a impactar la economía de los guerrerense al acelerar el proceso inflacionario, por los bienes y servicios que se prestan a través de esas vías de comunicación. El viaje redondo Acapulco-CDMX, sube de mil 338 a mil 402 pesos, que significa 64 pesos más, del costo de la anterior tarifa.

Como si no bastara, la CFE hizo un ligero aumento en sus tarifas de servicio doméstico de 2 a 6 centavos el kilowatt. Aunque el incremento es aparentemente insignificante, pianpianito llena su buche el pollito (CFE).

Maremoto.- Sin ánimo de alarmar, resulta alarmante el elevado número de desplazados guerrerense que va increscendo, o incrementando progresivamente, en zonas y regiones donde la violencia y los grupos criminales han sentado sus reales y tomado como rehenes a poblaciones enteras, frente a la pasividad de autoridades incompetentes que llegan a ofrecer apoyos de manera extemporánea, después de acontecidos los sucesos que enlutan a hogares, principalmente campesinos.

Miles de habitantes de las regiones de la Tierra Caliente, Costa Grande, Montaña Baja y Centro, se han visto obligados a abandonar sus comunidades en busca de refugio en otros municipios, donde vivan más tranquilos, sin poner en riesgo la integridad de sus familias, amenazadas en sus comunidades de origen.

Se afirma que Guerrero, es la entidad federativa con la más alta cifra de desplazados del país y que podría afectar a casi 30 mil personas.

Se requiere una atención inmediata y permanente hasta que se restablezcan las condiciones para retornar a sus lugares de origen. Urge un programa especial con presupuesto propio que atiendan a nuestros paisanos en desgracia.

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