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Estados Unidos. Con sus derechos bajo amenaza en varias partes del mundo, miles de mujeres salieron este miércoles a las calles para reclamar el fin de las discriminaciones y de los feminicidios, en auge en países como México y Colombia.
Los motivos de movilización en este Día Internacional de la Mujer son numerosos: las restricciones impuestas en Afganistán desde el regreso al poder de los talibanes, la represión de las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini, el cuestionamiento del derecho al aborto en Estados Unidos o las consecuencias de la guerra de Ucrania en las mujeres.
El presidente ucranio, Volodimir Zelensky, rindió homenaje en un video «a todas las mujeres que trabajan, enseñan, estudian, salvan, cuidan y combaten» por el país, así como a las que «sacrificaron su vida» desde el comienzo de la invasión rusa hace un año.
Del otro lado, el mandatario ruso, Vladimir Putin, envió un mensahe a las mujeres que «cumplen su deber», al servicio de la nación.
Las mujeres son las primeras víctimas de las guerras y están subrepresentadas en las mesas de negociación, denunciaron el martes representantes oficiales ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Los actos por el 8 de marzo se celebraron en numerosas ciudades, desde Madrid, que suele reunir a una gigantesca marea violeta, a Sao Paulo, pasando incluso por Kabul, donde una veintena de mujeres se manifestaron, constataron periodistas de la AFP.
«Llegó el momento de que la ONU tome acciones que sean decisivas para el destino del pueblo», declaró una de las manifestantes.
Desde su regreso al poder en agosto de 2021, los talibanes han multiplicado las restricciones para las mujeres, que fueron vetadas de la universidad y tampoco pueden acceder a la educación secundaria.
«Afganistán bajo el gobierno de los talibanes sigue siendo el país más represivo del mundo con respecto a los derechos de las mujeres», denunció Roza Otunbayeva, directora de la misión de asistencia de la ONU en ese país asiático.
En el conservador y patriarcal Pakistán, miles de mujeres salieron a las calles pese a los intentos de las autoridades de varias ciudades por impedir las marchas.
«Ya no vamos a quedarnos calladas. Es nuestro día, es nuestro momento», aformó Rabail Akhtar, una profesora que se unió a las 2.000 mujeres que se concentraron en Lahore.