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Ciudad de México. En entrevista con Pascal Beltrán del Río y Rodrigo Pacheco para Imagen Radio, el doctor Santiago Levy, eminente político y economista, quien ha ocupado diversos cargos dentro de la administración pública, dialogó en torno al ensayo ¿Qué falló? ¿Qué sigue? México 1990-2023, publicado en la edición de agosto de la revista NEXOS, en coautoría con el también economista Luis Felipe López-Calva.


El doctor Levy explicó que el título del ensayo plantea que los cambios en la política económica mexicana, propuestos en la última década del siglo pasado, han resultado en un rotundo fracaso, dado que por más de tres décadas se ha estancado la productividad de nuestro país. Aunque acepta que hay múltiples razones que explican este fenómeno, los investigadores se han concentrado en uno solo: “México tiene un sector informal muy grande y […] es un peso contra la productividad, porque la eficiencia de las inversiones y de los trabajadores cuando están ocupados en empresas informales es mucho menor”.


Esto se debe a que el país desperdicia mucho capital en inversiones y emprendimientos que funcionan durante plazos muy limitados, de unos dos o tres años, pero que son rentables para las personas que se benefician de ellos. Esto se debe a que, en México, en palabras del doctor, “gravamos la formalidad y subsidiamos la informalidad”, lo que resulta “exactamente lo opuesto de lo que deberíamos hacer si quisiéramos promover la productividad. Con ello, el doctor Levy se refiere a que “las leyes de seguridad social, las leyes laborales, las leyes tributarias […] hacen que trabajar en la formalidad sea muy oneroso y, por otro lado, las mismas leyes, hacen que trabajar en la informalidad sea rentable, que no es lo mismo a que sea productivo”.


Según lo dicho por el doctor, este problema tiene su raíz en la propia conceptualización de las políticas a la que se ha apegado México en las últimas décadas: separar la inclusión social y la economía. “Se piensa que hay todo un conjunto de políticas que nos van a hacer crecer […] y hay otro conjunto que nos va a hacer tener inclusión social”. Derivado de esta discordancia, se vuelven antagónicas, una de la otra, cuando deberían abordarse de manera conjunta: “la política social en México es la política económica más importante”, expresó el doctor Levy, “le pusimos demasiada atención en los temas económicos puros, descuidando los temas sociales”, lo que resultó en “un conjunto de programas desarticulados, que no funcionaban bien”.


Es por ello que propuso reestructurar el concepto que se tiene de las políticas económicas y sociales en México, empezando por la conceptualización que se emplea: “hablamos de los trabajadores formales y los trabajadores informales como si fueran dos conjuntos de personas”, dijo el doctor, cuando, en realidad, “las mismas personas, a veces están empleadas formalmente, y luego esas están empleadas informalmente”, lo que dificulta su acceso a programas de bienestar social, como las AFORES, las pensiones o los propios sistemas de salud.


Ante tal situación, el doctor propone una solución, que se resume en crear lo que él llamó “instituciones incluyentes”, pero que se compone de tres vías de acción:
Universalizar la protección social. A su ver, el estado actual de la protección social es innecesariamente complicado, estableciendo prestaciones distintas dependiendo del tipo de contrato de los trabajadores. En cambio, se debería optar por establecer “las mismas instituciones para todos […] con acceso a los mismos beneficios de protección social, a los mismos beneficios de salud, a las mismas pensiones”.