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Estados Unidos. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que la tasa de pobreza en la región se redujo al 29% en 2022, una disminución del 1.2% con respecto al nivel previo a la pandemia. Este progreso significativo representa 181 millones de personas. Sin embargo, la pobreza extrema se mantiene en un 11.2%, afectando a 70 millones de individuos, niveles que reflejan la situación de 2019.


A pesar de estos avances, persisten desafíos críticos. José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, enfatizó la preocupación por más de 180 millones de personas en la región que no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Entre ellas, 70 millones no tienen medios para adquirir una canasta básica de alimentos. Salazar-Xirinachs advirtió que, aunque es alentador observar la disminución de la pobreza, esta realidad no merece celebración.

La Cepal advierte que las perspectivas económicas para la región no pronostican mejoras significativas en la pobreza para este año. Si bien en 2021 la región experimentó un rebote económico del 6.9% tras una caída del 6.8% en 2020, el crecimiento se ha desacelerado. Se proyecta una expansión del PIB del 1.7% para 2023 y del 1.5% para 2024, lo que dificulta las mejoras socioeconómicas esperadas.


Desafíos laborales y desigualdad
El informe de la Cepal destaca la complejidad de la situación laboral en la región. Aproximadamente la mitad de la población ocupada se encuentra en empleos informales, con casi un quinto viviendo en condiciones de pobreza. Además, cuatro de cada diez trabajadores tienen ingresos laborales inferiores al salario mínimo.


El secretario ejecutivo subraya que la inclusión laboral es fundamental para el desarrollo social inclusivo, pero se requiere un crecimiento económico sostenido para lograrlo. Aunque la desigualdad de ingresos disminuyó en 2022, sigue siendo alta. El decil más alto gana 21 veces más que el decil más bajo, evidenciando una brecha significativa en la distribución de la riqueza.


Salazar-Xirinachs destaca la necesidad urgente de transitar de la mera inserción laboral a una inclusión laboral más completa. Además, subraya que esta inclusión requiere un crecimiento económico sostenido y políticas que promuevan una distribución más equitativa de la riqueza. El informe también resalta que la región enfrenta una doble trampa estructural: un bajo crecimiento económico y altos niveles de pobreza y desigualdad.

La Cepal insta a los países a abordar estos desafíos de manera integral, buscando políticas que no solo estimulen el crecimiento económico, sino que también promuevan la inclusión social y laboral para todos los sectores de la población. Solo a través de un enfoque multifacético se podrán superar los persistentes obstáculos socioeconómicos que enfrenta América Latina y el Caribe.

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