La realidad virtual ya forma parte del día a día de muchos sectores económicos. Para los primerizos en la materia, haremos una breve introducción a esta tecnología. No deja de ser un entorno de escenas y objetos que se parecen a la realidad, pero que están generados mediante tecnología informática y recrean un mundo en el que da la sensación al usuario de estar totalmente inmerso en él. De esto se han aprovechado campos como el entretenimiento, la cultura o la educación.
En el ámbito del ocio es donde podemos encontrar la mayoría de dispositivos necesarios para llevar a cabo esta comunicación desde los propios hogares. Las productoras de videojuegos son uno de los sectores empresariales que más se han interesado y que más están produciendo en la fecha. Hay dispositivos de diferente tipo, como aquellos que usan la pantalla del propio celular como Samsung Gear VR o los creados exclusivamente para este tipo de actividad como PlayStation VR.
La tecnología ha permitido crear experiencias inmersivas que antes requerían de un desplazamiento físico y que, en algunas ocasiones, no son fáciles de realizar en la vida real. Ejemplo de ello es la plataforma de Google, Carboard, que lleva al internauta a realizar pequeñas aventuras como flotar en un río o esquiar por la nieve; o la aplicación de PokerStars VR, que traslada al usuario en una partida poker, permitiendo compartir mesa virtual con otros jugadores e interactuar con el entorno mediante los diferentes dispositivos, como los cascos.
Entrando en el sector de la salud, aparte de las pruebas anteriormente comentadas, también cabe destacar la realidad virtual como forma de terapia. Esta sirve para tratar trastornos como la ansiedad, el estrés postraumático o las fobias. Varios estudios afirman que, con estas técnicas, se reducen los síntomas. El hecho de contar con planes específicamente detallados, usando la gamificación o la distracción como herramientas en muchos casos, permite avanzar a algunos pacientes.
La cultura, a la vanguardia
Aunque en muchas ocasiones se pueda pensar que la cultura y la tecnología no suelen ir de la mano, está la realidad virtual para desmentirlo. Cada vez son más los centros culturales o museos que han invertido y trabajado en digitalizar sus exposiciones y trasladarlas a los diferentes dispositivos de experiencias inmersivas. Con el dinamismo y la interactividad como características principales, buscan alcanzar público que en la vida real no sería tan accesible y transmitirle el conocimiento, en la mayoría de ocasiones, de manera gratuita.