Fernando Polanco Ochoa
Chilpancingo, Gro. El alcalde de San Marcos, Tomás Hernández Palma, lamentó que su municipio haya sido dado de baja de la declaratoria de desastre natural que decretó la Secretaría de Gobernación, pese a los daños en viviendas e infraestructura pública que dejó el huracán “Otis”.


Admitió que los daños no son de la magnitud que en Acapulco, pero sí considerables, porque al menos 250 viviendas resultaron con daños graves. “sus cubiertas (techos) se las llevó el aire, son familias que quedaron afectadas”.


Este lunes entrevista antes de que ingresara a una reunión con diputados de la Comisión de Hacienda del Congreso local, el alcalde perredista contó que el arrastre de agua cortó varios caminos rurales, los cuales se han ido reparando paulatinamente.


“Ya no hay comunidades marginadas, se me quedaron bloqueadas muchas por derribos de árboles y por rezanjas, por donde corre el agua”, dijo.


Reportó el colapso de un puente vehicular de 35 metros lineales que comunica a los municipios de Acapulco y San Marcos, otro en la localidad del Ocotillo, la cual sigue marginada con una población de 150 habitantes.


Hernández Palma agregó que en la localidad de San José Guatemala, un techumbre del jardín de niños ya no existe porque se cayó, lo mismo que el de usos múltiples de la misma localidad.


En Lomita Papagayo, otra comunidad cercana a Acapulco, el fuerte viento también derribó la techumbre de la escuela.


“Las afectaciones no son del tamaño de Acapulco, pero sí de la ayuda que yo esperaría para mi municipio. Lamentablemente solo por unas horas me dieron el gusto de aparecer en el programa o plan, pero de buenas a primeras no sé en razón de qué los dictámenes, no sé quién lo hizo, determinaron que San Marcos no merece”, contó.


El alcalde de San Marcos informó que el gobierno de Guerrero, a través del DIF, le hizo llegar mil 200 despensas que ya se distribuyeron a las familias afectadas.

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