Por: Graciela Mazón Salgado
Es una lucha interminable por salvar a los niños mexicanos a pesar de las acciones que algunos activistas han emprendido por la defensa de la salud infantil, principalmente, no se han obtenido grandes avances, sin embargo, no tenemos que quitar el dedo del renglón por el bienestar y la salud de nuestros hijos. Nos tenemos que pelear con los gigantes de la industria marcas como Nestlé, Bimbo, Kellogg’s, son de las más poderosa e influyentes que hay en México, producen la gran mayoría de nuestras golosinas favoritas cuya presencia en nuestro país es casi universal. Hay gente que no sabe leer y escribir pero que fácilmente pueden identificar un Gansito o unas Zucaritas, tal es el caso de los niños pequeños gracias al inolvidable Gansito y al tigre Toño. Los legendarios personajes que los niños asocian con los productos industrializados empiezan a desarrollar apego a estas golosinas desde muy temprana edad, la cuestión aquí es que, por desgracia, los productos para el público infantil son los peores del mercado, son los que contienen mayor cantidad de azúcar, sodio, grasas, suelen ser bajos en fibras y proteínas, es sabido que su consumo diario puede ocasionar problemas de salud considerables.
Por años, aquello fue un secreto a voces, pues a las industrias que crean dichas golosinas se les permitía actuar con impunidad; es por ello que necesitamos cuidar y proteger la salud de nuestros niños. Es importante que se hagan cambio en las leyes para la producción de estos productos nocivos para el ser humano y la forma en que se comercializa la comida chatarra en nuestro país, principalmente, en las cooperativas de la escuela, estos cambios deben tener gran impacto, se debe exhibir ante los medios de comunicación el peligro que representa el consumir estos alimentos conocidos como chatarra, es necesario denunciar a las grandes transnacionales porque fomentan problemas serios como la obesidad infantil. En el año 2005 la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el contenido de los productos ultraprocesados, como los cereales y dulces, son de las principales causas del sobrepeso y la obesidad infantil; además, con dicha condición vienen otras enfermedades. Se ha demostrado que el consumo diario y sostenido de alimentos chatarra produce en los infantes padecimientos que antes eran considerados solo para los adultos como hígado graso, hipertensión, prediabetes. En México, por ejemplo, se calcula que uno de cada dos niños que consume cereales azucarados o productos similares todos los días desarrollará diabetes cuando crezca si no cambia sus hábitos alimenticios. Sucede que, la cantidad de azúcar que contienen es exagerada, por ejemplo, las Zucaritas contienen hasta un 40% de azúcar que, al consumir mucho, los niveles de azúcar en la sangre se disparan provocando que el páncreas deba trabajar a marchas forzadas para producir mucha insulina y, a lo largo, eso puede causar daños graves a la salud.
No es solo al contenido energético de los alimentos chatarra, hay un aspecto de su comercialización que representan un peligro las estrategias del mercadeo, en especial el uso de mascotas caricaturescas. En el año 2005 la OMS advirtió que este tipo de publicidad, dirigida a niños, se aprovecha de su credulidad e inexperiencia, por lo que es peligrosa; países como Noruega o Suecia han prohibido cualquier tipo de publicidad dirigida al público infantil pues consideran que los niños son inocentes y no deben ser expuestos a estrategias de consumo.
Estudios publicados en revistas científicas han probado el poder que tienen los personajes animados cuando se asocian con alimentos, por ejemplo, cuando a un grupo considerable de niños se les propone elegir entre dos productos antes de probarlos, uno con mascota en la envoltura y otro sin mascota, la mayoría muestra mayor interés por el producto con un personaje, por otra parte, cuando el experimento trata de que prueben el mismo producto dos veces con una envoltura distinta suelen decir que les agradó el que tenía el personaje sin importar que el producto haya sido el mismo. Eso nos demuestra lo susceptible de las mentes de los niños ante la manipulación mediática, se tiene que lograr cambiar las cosas modificando las leyes. Se implementó un nuevo etiquetado en México que nos muestra que ciertos productos tienen exceso de algo y que eran considerados como saludables, por lo que las mascotas y personajes animados fueron prohibidos en la presentación de los productos. Un gran logro es que ya no aparecen en los empaques, esto va a permitir evitar los riesgos que su consumo produce en nuestros niños.