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Sao Paulo, Brasil. El silencio del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tras la derrota electoral ante el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, persiste lo que aumenta la incertidumbre en el país sobre si aceptará o no la decisión de millones de brasileños.
Un día después de la jornada en la que Lula destacó su retorno al gobierno, pese a que intentaron sepultarlo, Bolsonaro no ha dado ninguna declaración a la prensa ni en redes sociales sobre la apretada segunda vuelta en la que se quedó cerca de la reelección, pues la diferencia fue de 1.8 puntos porcentuales, de acuerdo con el Tribunal Superior Electoral (TSE) menor al margen de error que era de dos puntos.
Desde anoche crecieron las especulaciones sobre si admitiría el triunfo de su rival, pues pese a la búsqueda de los medios, el único mensaje fue de uno de sus aliados, quien aseveró a la prensa que Bolsonaro se fue a dormir temprano en el Palacio Presidencial, minimizando la derrota con la que dejará el gobierno en dos meses.
Y ante las tensiones sobre la posibilidad de que acuse un posible fraude, como anticipó durante la campaña y desde la primera vuelta, algunos líderes e integrantes de su gabinete como el ministro de Exteriores, Carlos França, exhortaron al mandatario a salir cuanto antes y dar un mensaje para calmar la situación en el país.
Incluso, un día antes uno de sus más cercanos, el presidente de la Cámara baja de Brasil, Arthur Lira, admitió la derrota del ultraderechista y se pronunció en favor de mantener buenos lazos con el futuro presidente.
En tanto, la división en el país ya se hace presente con intensos bloqueos, pues simpatizantes de Bolsonaro, quienes se niegan a aceptar el retorno al poder del abanderado del Partido de los Trabajadores (PT) realizan movilizaciones obstruyendo vías y carreteras en mas de 10 regiones, por lo que líderes y medios de comunicación coinciden en que un mensaje de Bolsonaro podría calmarlos o provocar mayor tensión tras la jornada electoral de este domingo.