Netza I. Albarrán Razo
Ciudad de México, De acuerdo con la Estadística de Matrimonios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el número de matrimonios en México ha mantenido una tendencia a la baja durante las últimas dos décadas. Aunque se registró un repunte tras la pandemia de COVID-19, las cifras continúan lejos de los niveles observados a principios del siglo.
En el año 2000, en el país se celebraron más de 707 mil matrimonios. Sin embargo, para 2015 la cifra descendió a 558 mil 22, y en 2025 se estima en 501 mil 529. Esto significa que, en un periodo de 25 años, México registra una disminución cercana al 30% en el número de enlaces matrimoniales.
Entre los factores que explican esta tendencia, especialistas apuntan a los cambios en las dinámicas sociales y económicas, el retraso en la edad para casarse, así como el incremento en la convivencia en unión libre, una modalidad que ha ganado terreno entre las nuevas generaciones. Además, el costo de las ceremonias y los compromisos económicos que implica el matrimonio han llevado a muchas parejas a postergar o incluso a descartar la idea de formalizar su relación ante la ley.
En contraste, los divorcios han mostrado un crecimiento sostenido. En 2000 se registraron poco más de 52 mil separaciones, mientras que en 2015 la cifra ascendió a 123 mil 883. El punto más alto se alcanzó en 2022, cuando se contabilizaron 166 mil 766 divorcios, el número más elevado en la historia reciente del país.
Aunque en los dos últimos años las cifras han mostrado una ligera disminución —161 mil 932 en 2024—, los niveles actuales siguen siendo considerablemente superiores a los registrados antes de 2020. Esta tendencia indica una transformación profunda en los valores y expectativas de las parejas mexicanas, que cada vez con mayor frecuencia optan por poner fin a sus matrimonios ante la incompatibilidad o los conflictos personales.
El fenómeno refleja no solo un cambio cultural, sino también una mayor apertura legal y social hacia la disolución del vínculo matrimonial. Las reformas en materia civil que han simplificado los trámites de divorcio, junto con un mayor empoderamiento económico y social de las mujeres, han contribuido a que más personas tomen la decisión de separarse cuando la relación no funciona.a