Vicky Barrios
Iguala, Gro. Las ofrendas a los fieles difuntos son una tradición ancestral que, con el tiempo, se ha ido modificando en cuanto a los adornos, la comida y demás artículos que se colocan en el altar.


En Igualala tradición marca que el 31 de octubre llegan las almas de los niños y los bebés que no pudieron nacer; el 1.º de noviembre se ofrenda a los adultos, y para el 2 de noviembre se llevan las flores de las ofrendas a los camposantos.


En la ofrenda se colocan pan (hojaldra y “muñeco/a”), fruta, agua bendita, arroz con leche, diversos guisos, dulces, refrescos o cervezas que a los difuntos les gustaban en vida. También se encienden velas o veladoras, se colocan flores, principalmente de cempasúchil y terciopelo, y no puede faltar el sahumerio que desprende el olor a copal.


Durante un recorrido por el Mercado Municipal «Adrián Castrejón», constatamos los precios de cada uno de los artículos que las amas de casa utilizan para sus ofrendas. Los costos varían según el tamaño, color, calidad y demanda.


Las hojaldras de dulce cuestan desde 25 pesos, los “muñecos” desde 20 pesos; el ramo de flores de cempasúchil y terciopelo, 30 pesos el ramito y 80 pesos el mazo; la fruta, 25 el kilo de plátano, 45 la mandarina y 40 la manzana.


Para el sahumerio se utiliza carbón, 15 pesos una bolsa pequeña con unos 6 pedazos de carbón; el copal e incienso, 20 pesos la bolsita; veladoras desde 18 pesos, y las velas de varios tamaños, 80 pesos por kilo. Los dulces hechos a base de calabaza cuestan 3 por 20 pesos, y la calabaza en dulce, 30 pesos cada pedazo.


El costo de una ofrenda para unos 10 difuntos es aproximadamente: pan, $250 pesos; fruta (colocando dos piezas por difunto), 150; veladoras económicas, 180; flores (dos mazos, uno de cempasúchil y otro de terciopelo), 160; el sahumerio, encendido solo por la noche, 70 pesos; 10 pedazos de calabaza, 300 pesos, y arroz con leche, 100 pesos.


El total para una ofrenda sencilla es de 1,210 pesos. Contando que son dos días de ofrendas (para niños y adultos), el costo asciende a 4,420 pesos, sin incluir los refrescos, cervezas, guisos, gorditas de maíz y adornos.


Doña Juanita, una señora de 85 años que se encontraba comprando con una de sus hijas, nos comentó que anteriormente las ofrendas eran de dos tablones, porque se dedicaban a los abuelos, padres, tíos, primos, sobrinos, compadres y amigos. Los guisos no se ponían en platos, sino en cazuelas, las veladoras se compraban por docenas, y se usaban grandes mazos de flores.


“Hoy solo les ofrendamos a los familiares directos; el pan lo hacíamos por bultos de harina, en familia, en hornos de ladrillo de algún pariente. Hoy se compra por piezas, se colocan solo algunos platos de comida y les decimos que se compartan, porque todo se ha encarecido tanto que ya no es posible ofrendar a todos nuestros familiares y amigos difuntos,” comentó con tristeza y nostalgia doña Juanita.

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