Por: Álvaro Venegas Sánchez
En foto que me compartió un seguidor de la oposición, aparece la imagen del senador Adán Augusto López con un letrero enfrente que dice “La Barredora”, otra de los miembros del gabinete federal con “La Robadera”, otra de los nuevos ministros de la SCJN con “La Lavadora” y finalmente la imagen de la presidenta con el letrero “La Tapadera”. Mucho ingenio para intrigar, simplificar la realidad e inducir a los simpatizantes de la derecha y que no hagan ningún esfuerzo de análisis para entender las nuevas circunstancias políticas, económicas y sociales que vivimos en México.
Son dos contactos que simpatizan y creen todo lo que dicen los de aquel lado, que mantengo sólo porque me envían información útil para comparar. Conocen mi trayectoria y saben muy bien mi forma de pensar porque tengo tiempo compartiéndoles los artículos que escribo.
Por lo mismo, he dicho que asombra que haya todavía quienes siguen creyendo en comunicadores de radio y televisión y articulistas cuyos análisis sustentan en pura especulación y resentimientos. Peor aún, que el blanco de sus críticas e infundios sean López Obrador y su familia y concedan más crédito a declaraciones de voceros de la DEA y el propio Donald Trump, interesados estos en convencer que aquí mandan los delincuentes. Por el comportamiento que tiene la derecha política y sus adherentes parecen estar convencidos que hacen lo correcto porque ya jamás van a recuperar el poder que perdieron. Allá ellos.
Bajo este entendido, creamos y enfoquémonos entonces en lo que planteó la presidenta Claudia Sheinbaum después de exponer los ejes de su primer informe de gobierno: “Vamos bien e iremos mejor. No rindo cuentas con palabras vacías, sino con resultados. La 4T continúa, se profundiza y arraiga”. Para más, a 48 horas de reunirse con Marco Rubio, el emisario de Trump, anticipó: “Hemos dejado claro que la base del entendimiento es la responsabilidad compartida, la confianza mutua, el respeto a la soberanía y la cooperación sin subordinación”. Y así fue.
En la misma fecha, 1 de septiembre, en la SCJN donde por fin al abrirse puertas y ventanas entraron los vientos de cambio, el presidente del máximo tribunal Hugo Aguilar Ortiz, anunció medidas de austeridad, “que significa erradicar el despendio, los privilegios indebidos y el nepotismo” y que los juzgadores ganen menos que la presidenta; asimismo revisar las pensiones de los ministros en retiro a fin de verificar se ajusten a la ley, el seguro de jubilación anticipada y poner fin al seguro de gastos médicos mayores. En adelante los ministros tendrán como opción de seguro de salud el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Respecto a la justicia aseguró que será humanista, con perspectiva de género, con trámites ágiles, voz que defienda a quienes han sido ignorados y certeza de que ningún abuzo quedará sin respuesta. “Una justicia que no discrimine, que no se retrase, que no se venda, que devuelva la paz a las familias y confianza a la nación”.
El plan de austeridad lo delegó al Órgano de Administración Judicial (OAJ), tres miembros, elegidos luego que los ministros tomaron posesión. Y esta instancia, a cuatro días de ser constituida, aprobó por unanimidad los tabuladores salariales de septiembre a diciembre de este año para todos los órganos del Poder Judicial. Con ello ministros, magistrados, jueces y altos mandos de la SCJN, del Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF), del propio OAJ y del Tribunal de Disciplina Judicial, no percibirán ingresos superiores a los de la presidenta de la República, cuestión que los salientes rechazaron y para resistir y no disminuirlos se auto ampararon violando la Constitución.
Por tanto, con esta acción, el ministro presidente Hugo Aguilar Ortiz, cumple el primer compromiso de la SCJN. Falta mucho por hacer y demostrar, pero la primera acción no es asunto menor y habla muy bien de lo que podría venir. La suprema instancia del nuevo Poder Judicial podría ayudar a la gobernanza y dejar de ser el dique del segundo piso de la Cuarta Transformación.
La concordancia de los tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial trabajando con independencia y autonomía, pero con base en el llamado humanismo mexicano contribuirá a la afirmación y pretensión presidencial: Vamos bien e iremos mejor.
Iguala, Gro., septiembre 8 de 2025
