Alejandro Gómez Sotelo

Chilpancingo, Gro. Por el tema de la violencia, inseguridad e indefensión en que se encuentra la población suriana, Guerrero es un estado fallido, como lo es todo el país en ese tipo de situaciones, aseguró el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, al pedir al gobierno ser auténtico, “ponerse las pilas”, dejar la corrupción y hacer una buena administración estatal, pero en caso de que ya no puedan entonces dejen el cargo y cedan el lugar a los que sí quieran y puedan.

Durante su visita a la ciudad de Taxco, el prelado católico lamentó que el sistema político actual esté generando un estado inseguro e indefenso donde la comunidad no tiene otra opción que aguantarse, y cuestionó hasta cuando la sociedad podrá resistir esa problemática y elevó su oración a Dios para que cuide a Guerrero y México de una “artura” y que el gobierno no provoque el hartazgo del pueblo como ha ocurrido en otros lugares y en mismo territorio guerrerense.

González Hernández hizo un llamado a detener el clima de violencia en la entidad y por el contrario que llegue la verdad y justicia en casos lamentables como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en virtud de que el buen político es el mejor cumplidor del mandamiento de Dios que es amar al prójimo, a su camiseta y al pueblo que le confió el poder para ejercerlo en beneficio de la comunidad.

Aceptó que las familias necesitadas de justicia no tienen a quien acudir, porque los dirigentes con esas facultades y obligaciones de hacerlo no han podido con la encomienda, lo que ha propiciado un ambiente fallido en Guerrero donde el gobierno debe responder a la población o dejar el cargo para que otras personas lo hagan, aunque reconoció que todavía puede darse el dialogo y el perdón sincero de los dolientes.

Puntualizó que el mayor deseo de la Iglesia católica es tener un buen gobierno en el estado que se inspire en el Espíritu Santo que es la verdad y contar con buenos políticos, porque en su momento el Todopoderoso les pedirá cuentas a quienes ejercieron su poder en la tierra y bajo esa premisa es necesario actuar con responsabilidad en el ejercicio público, donde se alejen de la corrupción y todas aquellas situaciones que les impiden consolidar una buena administración.

Sobre el caso Ayotzinapa y las investigaciones durante ocho años, Monseñor José de Jesús González Hernández aseguró que el gobierno tiene el poder de responder a todos los cuestionamientos de los padres de familia y pidió a las instancias que imparten justicia, no dar “carpetazo” a ese lamentable y doloroso tema y a partir de cuestiones jurídicas se llegue a la verdad, en el ánimo de saber los nombres de quienes se va a perdonar.

A los padres de los 43 normalistas desaparecidos en septiembre del 2014 en Iguala, pidió que como cristianos perdonen porque de otra manera sufrirán toda su vida y que ese perdón se ofrezca por la paz en Guerrero y México para que ese tipo de casos donde los jóvenes fueron violentados, desaparecidos y sacrificados no se vuelvan a repetir, “Cristo perdonó a quienes lo mataban, lo mismo que la Virgen por matarle a su hijo”.

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