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Estambul, Turquía, El caso de las apuestas en las diferentes divisiones del futbol turco sigue avanzando y este 13 de noviembre, Turkish Football Federation (TFF) decidió la suspensión provisional de 102 jugadores pertenecientes a las dos primeras divisiones del fútbol profesional en Turquía, como parte de un escándalo de apuestas deportivas de gran magnitud. De ellos, 25 provienen de la Süper Lig (la máxima categoría) y 77 de la segunda división, una decisión que llega apenas unos días después de los primeros arrestos.
Dentro de los casos más destacados está el del defensa del Galatasaray y de la selección turca mayor, Eren Elmalı. El jugador recibió una suspensión de 45 días luego de que reconoció que apostó hace cinco años, pero en un partido en el que no participaba él ni su equipo. Su compañero en Galatasaray y central de la selección turca sub-21, Metehan Baltacı, recibió una sanción de nueve meses por haber apostado en múltiples ocasiones en partidos donde también argumentó que él no era protagonista.
Pero las sanciones han ido a más y existen jugadores que deberán pasar 12 meses sin estar habilitados para participar en un partido, lo cual supondrá golpes para sus plantillas. La liga ha pedido ya permiso a FIFA y UEFA para poder otorgar un periodo de gracia para contrataciones y poder reemplazar a los jugadores sancionados en los equipos afectados.
Sin embargo esto es solo el comienzo ya que hay más de mil jugadores que están siendo investigados en relación a apuestas. Todavía se están analizando cuáles de estas infracciones pueden derivar en sanciones más largas, e incluso en revocación de licencias profesionales.
La razón para la suspensión masiva de jugadores es parte de un contexto más amplio: hace semanas la TFF reveló que 371 de los 571 árbitros activos en las ligas profesionales tenían cuentas de apuestas, y 152 de ellos habían colocado apuestas en partidos de fútbol, lo que supone una grave amenaza a la integridad del deporte.
Apenas hace unos días la federación tomó la decisión de suspender por dos semanas los juegos de tercera y cuarta división.
Para los jugadores suspendidos, el impacto es inmediato: quedan fuera de la competición, no pueden participar en partidos, y en muchos casos pueden quedar marcados dentro del fútbol turco y europeo, dañando su reputación y su valor deportivo.
