Por: Francisco Lara Balderas
LO DIJO la Presidenta Claudia Sheinbaum en La Paz, Baja California Sur: “En los gobiernos de la Cuarta Transformación no hay espacio para la corrupción”. Afirmó que los recursos del pueblo son sagrados, por lo que se le retornan en programas sociales, salud, educación y obras de infraestructura. La jefa del Ejecutivo destacó que “en el periodo neoliberal se hicieron negocios corruptos en salud, cobrando los servicios públicos; o haciendo del Infonavit un espacio de corrupción terrible”. Pues habrá que revisar bien algunos gobiernos de la 4T, donde la corrupción, no sólo sí tiene espacio, sino que ocupa el más grande……. MORENA contra Morena y ponen “candado” a senadores que buscan una gubernatura. El próximo 1 de septiembre, la Mesa Directiva del Senado de la República contará con una nueva presidenta, siguiendo los criterios de paridad de género dentro del Poder Legislativo. Este escenario propició especulaciones sobre si la senadora morenista Andrea Chávez y otras compañeras de su bancada, como Ana Lilia Rivera, buscarían ocupar la Presidencia del Senado, para relevar al polémico Gerardo Fernández Noroña. Sin embargo, ambas legisladoras descartaron ir por dicho cargo, pese a sus intenciones de encabezar la Cámara Alta, para enfocarse en sus posibles candidaturas para las gubernaturas de los estados que representan. Sin embargo, lo cierto es que el grupo parlamentario de Morena en el Senado decidió ponerle “candado” a la Presidencia de la Mesa Directiva, por lo que senadoras y senadores guindas que quieran contender por alguna gubernatura no podrán ocupar ese encargo para evitar que lo ocupen como trampolín político. Así de fácil…….. SIMPLE metáfora: Cuentan que un señor tenía un toro semental. Fuerte, imponente, y tan cumplidor que los rancheros de los pueblos vecinos hacían fila para cruzar sus vacas con él. El animal no fallaba. Vaca que le ponían, vaca que dejaba preñada. Así que el dueño, don José, vivía feliz. Porque gracias al torito, comía, vestía y hasta ahorraba. “Qué bárbaro su toro, don José”, le decían. “No se cansa nunca. ¡Toro fino, toro bravo!”. La fama del animal llegó hasta el presidente municipal, a quien se le ocurrió una idea: “Oiga, don José, ¿por qué no nos lo vende? Lo compramos y que sea del pueblo. Así todos se benefician sin andar pidiéndoselo a usted”. Don José se quedó pensando. En casa, su esposa se oponía: “Ni se te ocurra, i lo vendes, se nos acaba el ingreso. Te gastas el dinero y nos quedamos sin nada”. Pero su hijo, con más visión de negocio, lo animaba: “Véndelo, papá, pero pide mucho. Que se asusten con el precio. Y si lo pagan, con ese dinero ponemos algo”. Al final, el alcalde insistió tanto que don José soltó la cifra: “Pues, si tanto lo quieren, denme 50 mil pesos y es suyo”. Y que se lo compran. El municipio celebró la compra como si fuera la gran inversión del siglo. “Ahora el toro es del pueblo”, anunció el alcalde. Los vecinos no pagarán nada. Solo cobraremos a los que vengan de otros lugares”. Le armaron un corral grandote en los terrenos del ayuntamiento. Todo estaba listo. Llegó la primera vaquita y el toro, ni se inmutó. “Ha de ser que no reconoce el lugar”, dijo uno. Le trajeron otra, más bonita, y nada. “A lo mejor no le gustó”, dijo otro. Y así pasaron varias. Y el toro, quieto. El alcalde, desesperado, mandó llamar a don José: “Venga a ver qué le pasa a su toro, no hace nada”. Don José se acercó, le acarició la cabeza y le habló bajito: “¿Qué pasa, mi torito? ¿Ya no vas a hacer tu trabajo? No me dejes mal”. El toro lo miró, suspiró y respondió: “¿Pues qué no ve que ahora soy funcionario?”……… PUNTO.