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Ciudad de México, La Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en México expresó su rechazo a la designación de Hugo López-Gatell como representante del país ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), al considerarlo una “falta de respeto” para las más de 800 mil personas fallecidas durante la pandemia.


“Con este nombramiento, no sólo se ignoran las lecciones de la pandemia: se envía una señal alarmante sobre la falta de compromiso del Estado mexicano con los estándares internacionales de salud pública y con el derecho a la verdad de las víctimas. Desde la comisión reiteramos la importancia de aprender de los errores, no repetirlos”, subrayó.


Cargo de López-Gatell es “inexistente”
El grupo independiente integrado por el exsecretario de Salud, Julio Frenk; el exministro José Ramón Cossío; Jaime Sepúlveda, investigador emérito del Instituto Nacional de Salud Pública, la extitular de Medio Ambiente, Julia Carabias, entre otros, lamentaron el nombramiento de López-Gatell, cuyo cargo es inexistente en el esquema formal de representación diplomática en el exterior.


Recordaron que en su labor de investigación se documentaron graves omisiones y decisiones que contribuyeron a que México registrara, según las propias cifras de la OMS, el cuarto nivel más alto de exceso de mortalidad en el mundo, con más de 808 mil muertes.


Asimismo, con el número más alto de fallecimientos de personal médico en el continente americano; 44 por ciento de mortalidad hospitalaria; más de 215 mil niños en situación de orfandad, por la pérdida de su padre o madre, así como profundas repercusiones en ámbitos como la educación, la economía y la salud mental.


“Este nombramiento ocurre sin que las autoridades responsables hayan ofrecido al público un análisis ni explicaciones sobre las fallas que contribuyeron a estas cifras inaceptables -incluyendo, por ejemplo, el uso de datos falsos o erróneos para determinar el color del semáforo epidemiológico durante el pico de contagios en la Ciudad de México”, consideraron los expertos.


Más adelante, reiteraron que, por respeto a las víctimas, la relación de México con la OMS no puede quedar en manos de funcionarios directamente responsables de que, en la mayor crisis sanitaria en un siglo, la respuesta gubernamental se apartara de forma sostenida, profunda y sistemática de las recomendaciones de dicha institución.


“Lejos de estar guiada por la precaución, la ciencia y la verdad, la respuesta oficial se caracterizó por la negación persistente del riesgo, la reiteración de errores, el menosprecio hacia la comunidad científica y la transferencia de toda responsabilidad a las personas enfermas. El manejo político de las percepciones se puso por encima de las normas de la OMS, la evidencia y la vida misma”, finalizaron.

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