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Estados Unidos. Con un encendido discurso en el estado clave de Pensilvania, el presidente de EU, Joe Biden, convirtió el control de armas y la financiación de la Policía en temas centrales para las elecciones legislativas de noviembre, donde su partido se juega el control del Congreso.
Casi a gritos y levantando el dedo índice de su mano derecha para dar mayor énfasis a su palabras, el mandatario declaró ante un auditorio repleto de gente: «¡Estoy decidido a prohibir los rifles de asalto en este país! ¡Decidido!».
Biden reiteró su respeto a la Segunda Enmienda de la Constitución que protege el derecho a portar armas y dijo que incluso tiene dos escopetas en su residencia; pero argumentó que no hay lugar en las calles ni los colegios de Estados Unidos para rifles diseñados para la guerra.
Por ello, pidió a los estadounidenses que voten en noviembre por aquellos candidatos que quieren prohibir los rifles de asalto, usados recientemente en las matanzas de Búfalo (estado de Nueva York), con 10 muertos, y Uvalde (Texas), donde 19 niños y 2 profesoras fueron asesinados.
Visiblemente enfadado, Biden habló sobre cómo algunos de los padres de Uvalde tuvieron que dar a las autoridades su propio ADN para que se pudiera identificar a sus hijos víctimas del tiroteo, ya que las balas del rifle AR-15 que usó el agresor desgarró sus pequeños cuerpos.
«¡ADN, para poder decir ese es mi niño! ¿Qué es lo que nos pasa? No estoy bromeando, ¿qué estamos haciendo?», preguntó Biden al auditorio, en silencio.
Después de los tiroteos de Uvalde y Búfalo, demócratas y republicanos del Congreso llegaron a un acuerdo para aprobar una ley de mínimos que endureció algunos controles a las armas, pero el mandatario y buena parte de su partido quieren ir más lejos y que se prohíban los rifles de asalto.
Biden, que fue senador durante 36 años, jugó un papel central en la aprobación en 1994 de una ley que prohibía las armas de asalto, pero que expiró en 2004 sin que el Congreso la renovara.