Desgracias previsibles
Indolencia, incapacidad, irresponsabilidad en gobiernos estatales
Sheinbaum prefiere recibir reclamos sin castigar a responsables
Tulum, de paraíso a una zona totalmente prohibida para turistas
Por: Lilia Arellano
Las fuertes lluvias que han azotado fuertemente a cinco entidades de la República, y con menores daños en gran parte del territorio mexicano, dejaron un saldo con cifras oficiales y hasta el cierre de estas líneas, de 64 personas muertas y 65 desaparecidas, en Veracruz, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí e Hidalgo. Ninguno de los gobernadores de estos estados puso atención a los reportes meteorológicos, se mostraron como siempre, indolentes, insensibles, incapaces y tales conductas siguen manteniéndolas pese a sostenerse en alerta por lo reportado ayer por los servicios tanto nacionales como los provenientes del extranjero. Se suman ahora Tamaulipas, otras regiones de San Luis Potosí y Querétaro. Las comisiones formadas para la protección civil se han mostrado totalmente ineficaces.
No tomaron ninguna medida para la instalación de refugios, para alertar a la población con el fin de evitar todas esas decenas de muertos y desaparecidos. Pusieron en marcha el Plan DN-III-E del Ejército, con aquellas acciones tan admirables en las cuales vimos a nuestros militares enfrentar los desastres naturales, brindarle apoyo a la población afectada llevando no solamente artículos sino alimentación preparada y despensas. El dinero, los apoyos económicos necesarios salían de inmediato sin tanta burocracia del Fondo para Desastres Naturales (FONDEN) desaparecido por López Obrador acusando corrupción. Gobernación hacia la declaración de zona de desastre y de inmediato se procedía a entregar, por lo menos, lo indispensable. En estos días, los mílites están ocupados dizque “correteando” a las bandas delincuenciales y, por lo tanto, ya no tienen tanto personal para asignarlo a las tareas de recuperación de las zonas afectadas.
En su recorrido por las entidades en donde la tragedia está presente, la mandataria federal Claudia Sheinbaum enfrentó reclamos al igual que la gobernadora Rocío Nahle García: “¡No sirves para nada, ni la gobernadora!”. La mandataria les prometió: “nadie quedará sin ayuda”, ante las acusaciones de inacción de las autoridades, las cuales no se hicieron esperar. Ante un gobierno sin dirección ni estrategia ante fenómenos naturales, lo más grave es la falta de recursos para enfrentar los daños causados en más de cien municipios. Pese a la experiencia, suponemos dolosa y desagradable, la titular del Ejecutivo se mostró incapaz de lanzarle un reclamo a la Nahle, a Armenta, al “pollo” Gallardo, decidió cargar bajo sus hombros toda la culpa aun sin tenerla. Son inaceptables las excusas de no saber ni adivinar la magnitud del mensaje de la madre naturaleza, porque, repetimos, los servicios meteorológicos son los mejores indicadores de lo que va a registrarse.
Habría de citar a los de Protección Civil y dar a conocer si se trata de funcionarios preparados para esa función porque, en la mayoría de los casos, nombran a aquellos a quienes deben darle una chamba bien pagada por sus servicios en años anteriores. Un ejemplo claro se tuvo en Quintana Roo, en donde Carlos Manuel Joaquín González nombró en ese cargo a su exchofer, quien, además le daba servicios de seguridad a su familia antes de llegar a la gubernatura. Los gobernadores han demostrado una y otra vez su ignorancia, incapacidad, irresponsabilidad y la falta de experiencia para poder brindarles seguridad en cualquiera de los renglones a sus ciudadanos. ¿Hasta dónde y hasta cuando se seguirán aguantando los argumentos para defender lo indefendible? Los mandatarios estatales mencionados no tienen sino perversión y flojera, no debiera extenderse ese manto de impunidad cuando cargan decenas de cadáveres sobre sus hombros.
En la mañanera doña Claudia afirmó le consta el trabajo de todos los gobernadores, pero eso fue cuando la desgracia estaba presente, antes hicieron oídos sordos a los reportes en donde los alertaban de las dimensiones de las tormentas. Es absurdo que, conociendo cuando se presentan las temporadas de lluvia, no se tomen las medidas adecuadas. Igual sucede cuando se sabe del inicio y el final de la temporada de huracanes. Año tras año es lo mismo, nada cambia y quienes ofrecieron ser distintos lo han sido, sí, pero para generar mayores tragedias que sus antecesores.
Pruebas y ejemplos los han dado los pobladores de las entidades afectadas cuando, frente a CS reclamaron: “No está haciendo nada la gobernadora”, gritó una mujer. La mandataria pidió paciencia a los afectados porque, según dijo, era imposible arreglar todo de manera inmediata. “El Ejército no quiere entrar a las casas. Hay familias que aún no reciben ayuda”, dijo un poblador. Ante los reclamos, Sheinbaum Pardo subió a una camioneta del Ejército y exclamó: “Escúchenme, escúchenme”. Mientras, un joven exigía información sobre sus tres compañeros de la Universidad Veracruzana (UV): “Mis compañeros estudiantes no pudieron salir. Ya pasaron tres días y no aparecen. De qué me sirve que venga aquí; yo quiero ver a mis compañeros”, clamó el joven. La mandataria dijo que habría un informe detallado de daños y que nadie quedaría sin ayuda. Han pasado 30 horas de esa visita y todo sigue igual.
El comportamiento indolente de Alejandro Armenta, gobernador de Puebla, no fue diferente al de la zacatecana Nahle, inexplicablemente gobernadora de Veracruz. Por la que respecta a San Luis Potosí, resultaron 12 municipios afectados y se ve a los de la Guardia Civil recorrer estos lugares, aunque siguen enclavados en la capital en donde lo importante es no dejar de lado las percepciones económicas de los socios de la familia Gallardo. Como ha sucedido con otros desastres como temblores, terremotos e inclusive con la explosión de la pipa en el puente La Concordia, son los ciudadanos quienes aportan alimentos, cobijas, papel sanitario, leche, ropa, para aliviar parte de las necesidades de los afectados. Cínicamente diputados y senadores ofrecen sus instalaciones para convertirlas en centros de acopio, cuando el pago de nuestros impuestos, ahora sin oportunidad de defender cobros indebidos ante la cancelación de amparos, debería ser suficiente para remediar estos y otros males. En el México real, las obras de Kafka son cuentos infantiles.
DE LOS PASILLOS
Tulum, Quintana Roo, enfrenta, para no variar, otra gran desgracia. No tienen turistas, deben salir los prestadores de servicio a ofrecer disculpas por el mal trato brindado al turismo extranjero y la discriminación a los nacionales. Aceptaron sin chistar el recorrido del presidente municipal Diego Castañón por las playas señalando son públicas, pero no deben sino utilizar aquellas destinadas para los pobladores siempre y cuando no lleven ni una botella de agua, ni nevera, ni alimentos, todo lo deben comprar con el concesionario, lo requerido: sombrillas, mesas, etcétera. Por si fuera poco, cambiaron el gran simbolismo de la zona arqueológica por una escultura ridícula. Este alcalde, como ningún otro, ha llevado al lugar a vivir la peor de sus crisis contribuyendo, además, con la falta de control en los precios tanto en restaurantes como con los taxistas, llevando la corrupción a los extremos. La venta de droga, el cobro de piso, las extorsiones están a la orden del día y el exfutbolista presume sus constantes viajes al extranjero. Es este uno de los ejemplos del porqué en esa entidad aborrecen a los del Partido Verde. ¿Con estos personajes pretenden hacerse de la gubernatura?
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