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Córdoba, España. España ya está clasificada para cuartos de final de la Nations League tras ganar 3-0 a Serbia de manera brillante en la cuarta jornada, en el estadio Nuevo Arcángel de Córdoba.


Los campeones de Europa, con goles de Aymeric Laporte, de cabeza (5), del capitán Álvaro Morata (65) y de Álex Baena (77), dominaron de principio a fin un partido que les da el billete directo para la siguiente fase, cuartos de final, aunque todavía tienen en juego asegurar el liderato del Grupo A4 de una competición en la que defienden título.


España salió con tres cambios respecto al once inicial contra Dinamarca. Curiosamente, un equipo titular sin ningún jugador del Real Madrid ni del Barcelona.


En la línea defensiva volvió el jugador del Chelsea Marc Cucurella por la banda izquierda en sustitución de Alex Grimaldo, en el centro del campo Mikel Merino (Arsenal) por Pedri y Álex Baena (Villarreal) como extremo izquierda por el lesionado Lamine Yamal.


Bajo una fuerte lluvia, la ‘Roja’ manejó el partido desde el pitido inicial. Serbia prácticamente no tiró a puerta.


El tanto de Laporte encaminó la noche, con un cabezazo cruzado tras un balón colgado al área por el jugador del Tottenham Pedro Porro.


España, que presionó arriba y con un juego vertical y rápido, fabricó ocasiones de todos los colores.
Mikel Merino al palo, Martín Zubimendi rozando la escuadra, Mikel Oyarzabal en varias ocasiones… Y un Álvaro Morata que vivió la cara y la cruz.


El capitán, tras fallar un penal (56), marcó el segundo tanto. El 9 de la ‘Roja’, tras recibir un gran pase de Fabián Ruiz, ajustó un tiro con la izquierda al palo derecho del portero serbio.


El tercero llegó tras una tarjeta roja al serbio Strahinja Pavlović. El árbitro señaló una falta al borde del área que ejecutó a la perfección el jugador del Villarreal Álex Baena (77).


Durante la segunda parte, el técnico español Luis de la Fuente hizo varios cambios, entre ellos, el del jugador del Barcelona Pedri por Mikel Merino, el de Bryan Zaragoza por Baena y el de Joselu por Morata, que fue despedido con una gran ovación del público.

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