Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Febrero 9.- La escasez de agua y el aumento de sequías se ciñen como una amenaza real en México donde la disponibilidad del vital líquido por persona se ha reducido de manera dramática en los últimos años y se estima que en el 2030 cada habitante solo dispondrá de los 3 mil metros cúbicos (m3) por habitante al año, es decir, una tercera parte de lo que tenía en 1960.

De acuerdo con datos del Banco Mundial, en el país la disponibilidad promedio anual per cápita pasó de 10 mil metros cúbicos (m3) en 1960 a 4 mil en 2012.

Así lo advierte un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) denominado Aguas en México, ¿escasez o mala gestión?, donde se estima que para 2030, esta disponibilidad en México descienda debajo de los 3 mil m3 por habitante al año.

Alerta que la contaminación de ríos, cuencas, sobre explotación, precipitación desigual en estados del país, sequías, y el cambio climático han colocado a México en un escenario complicado en disposición de agua para las principales actividades del país como es la agricultura, ganadería, acuacultura, pero sobre todo para el consumo humano.

El norte y centro de México han sido las regiones más afectadas, donde la temperatura media anual ha incrementado entre 1.2 y 2.4 °C de 2000 a 2020.

Esto –agrega–ha propiciado la variación de lluvias en el país y, con ello, la baja de la capacidad de las principales presas. El gobierno mexicano debe actualizar las políticas para la correcta gestión del agua con el objetivo de abastecer a la población mexicana, y para dar cumplimiento a los acuerdos transfronterizos que se tienen con Estados Unidos, Belice y Guatemala.

El análisis detalla que México es un país vulnerable a sequías con 52% de su territorio ubicado en clima árido o semiárido.

En total, 14 estados se encuentran en estas regiones. Aunque las sequías son fenómenos recurrentes, durante la última década éstas han ido en aumento en frecuencia, intensidad y duración.

En 2021 se registraron 8 mil, 491 sequías, de las cuales 71% fueron severas -con las que hay el riesgo de pérdidas de cultivos-, 26% fueron extremas -con pérdidas mayores en cultivos, y riesgo de incendios forestales- y 3% fueron sequías excepcionales, es decir con escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos.

El IMCO advierte que para garantizar la demanda futura, el Estado mexicano requiere actualizar los marcos legales y regulatorios que rigen el manejo del agua, así como modernizar la infraestructura hidráulica del país.

El análisis detalla que en el país existen cuatro grupos consumidores de las concesiones de agua donde el sector agropecuario tiene el 76% del total de agua concesionada para riego de cultivos y ganadería.

Le sigue con 15 % el abastecimiento público, es decir, el que se distribuye a través de las redes de agua potable a domicilios, industrias y a otros usuarios que estén conectados a dichas redes.

En tercer lugar está la industria autoabastecida que representa el 5% del total concesionado e incluye a las empresas que toman agua directamente de los ríos, arroyos, lagos y acuíferos del país.

Las Centrales termoeléctricas son el cuarto sector y representan el 4% del agua concesionada.

RETOS

Los recursos hídricos en México enfrentan distintos retos dependiendo de su tipo (superficial o subterráneos), así como del tipo de fenómenos climatológicos (precipitaciones o sequías): Agua superficial.

En México, 60% del agua potable proviene de los cuerpos de agua superficiales. De los principales ríos, siete representan 71% del agua superficial del país, distribuidos en la zona centro y sur del país, mientras que sólo 29% del agua superficial se ubica en la zona norte.

El principal problema de las aguas superficiales es la contaminación, en particular por las aguas residuales, ya sean domésticas, industriales, agrícolas o ganaderas, que en la mayoría de los casos son vertidas sin tratamiento previo y que contienen elementos y sustancias contaminantes disueltas.

En 2018, 18% de los acuíferos subterráneos estaban sobreexplotados. Esto afecta tanto el abasto humano como las actividades agropecuarias e industriales, al mismo tiempo eleva los costos de extracción del agua y ocasiona hundimientos en el terreno.

Asimismo, 5% de los acuíferos tuvo problemas de salinización del suelo, proceso por el cual se incrementa la concentración de sales y minerales de las aguas subterráneas, y deteriora sus parámetros de calidad. Aunado a ello, 3% de los acuíferos en México tiene problemas de intrusión marina, la cual se da cuando el agua salada tierra adentro desplaza al agua dulce.

Precipitación o lluvias.

México recibe en promedio alrededor de 1.5 millones de hm3 de agua al año en forma de precipitación. 67% cae entre junio y septiembre, en su mayoría en la región sur-sureste, donde tiene lugar 50% de las lluvias.

La precipitación promedio anual a nivel nacional ha aumentado a través del tiempo, potencialmente debido al cambio climático.

Sin embargo, este fenómeno no se ha presentado en todas las entidades federativas con la misma intensidad. En la Ciudad de México y el Estado de México la precipitación se redujo entre 2000 y 2021, mientras que durante este mismo periodo aumentó en estados como Campeche, Quintana Roo, Veracruz y Guanajuato.

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