Servicios AINI
Ciudad de México, Octubre 13.- El paleontólogo a cargo de la expedición en Río Negro adelantó que los huevos hallados presentan un estado de preservación excepcional. Los especialistas incluso sospechan que, debido a que no llegaron a eclosionar, podrían albergar en su interior un embrión fosilizado, un hallazgo de enorme valor científico.
El descubrimiento fue realizado por un equipo del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), quienes localizaron un huevo de dinosaurio carnívoro en condiciones prácticamente intactas.
La noticia se dio a conocer durante una transmisión en vivo dedicada a la paleontología, donde los investigadores no ocultaron su entusiasmo: “Es una locura total”, comentaron.
Este hallazgo forma parte de la “Expedición Cretácica I”, una iniciativa que comenzó el lunes y se extenderá hasta el viernes, transmitiéndose en directo para que el público pueda seguir el trabajo científico en tiempo real. La exploración tiene lugar a unos 30 kilómetros de General Roca, en la provincia de Río Negro, donde un grupo de 20 investigadores realiza excavaciones y recupera restos fósiles frente a las cámaras, mostrando cada etapa del proceso.
El descubrimiento ocurrió de manera inesperada durante una caminata de rutina.
“Nos encontramos con un nidito. Veníamos caminando con el mate y pensamos ‘¿esto será de ñandú?’. Y cuando nos pusimos a sacarlo resulta que estaba repleto de tierra”, relató el investigador que sostenía en sus manos el huevo recién descubierto.
Al analizarlo, el equipo determinó que no se trataba de un ave actual, sino de un fósil excepcional.
“Esto es de un dinosaurio carnívoro muy parecido al Bonapartenykus”, explicó uno de los especialistas. La magnitud del hallazgo quedó clara cuando otro investigador agregó: “Es increíble, nunca vimos un huevo tan bien preservado”.
La campaña “Expedición Cretácica I – 2025” tiene como objetivo llevar a cabo excavaciones en un yacimiento paleontológico único, con una antigüedad aproximada de 70 millones de años. Este terreno pertenece a una etapa cercana al impacto del meteorito que marcó el fin de los grandes dinosaurios.
El sitio, ubicado en la Patagonia argentina, es de enorme valor científico: allí se descubrió el Bonapartenykus ultimus, una especie exclusiva de la región que no se ha encontrado en ningún otro lugar del mundo. Además, el área concentra una notable cantidad de restos fósiles que podrían arrojar nueva luz sobre la vida prehistórica en la zona.