IRZA
Acapulco, Gro. El cuerpo de la pequeña Angely Gisell, de 2 años, finalmente fue encontrado en el punto conocido como Arroyo Seco, en el poblado Kilómetro El 30, municipio de Acapulco.

La madrugada del pasado miércoles 25 octubre, la fuerte corriente del arroyo de la parte alta de la colonia Plan de Ayutla, se la arrebató de los brazos a su madre Elizabeth. Esa madrugada trágica se registraban las intensas lluvias generadas por el huracán “Otis”. Se vino el deslave del Cerro La Cumbre y se empezaron a caer algunas casas.

El padre de la pequeña, el señor Alfredo, decidió que con su esposa Elizabeth, la cual llevaba en sus brazos a su niña de 2 años, Angely Gisela, sus padres y dos sobrinos menores, a las 2:30 de la madrugada del miércoles 25 de octubre, abandonaran su vivienda para atravesar el arroyo.

“Al darnos cuenta de que se estaban cayendo las casas salimos de ahí siete personas, entre ellos mi papá Alfredo, mi mamá Francisca, mis sobrinos Roldán Boris, de ocho años, Damaris Monserrat, de seis años, y mi esposa Elizabeth con la niña en los brazos”, contó hace unos días el señor Alfredo.

“Al atravesar el arroyo el agua me llegaba a la cintura, y sólo escuché a mi esposa gritar: ¡La niña! Pero como todo estaba obscuro, no se veía nada, y empezamos a buscarla, pero ya no la encontramos”, recordó.

Con ayuda de familiares y vecinos, buscaron a la niña, pero no la encontraron, por lo que sus papás acudieron a denunciar el caso y la Fiscalía General del Estado inició la investigación.

Fue alrededor de 12 del día del domingo que encontraron el cuerpecito de la pequeña, luego de once días de intensa búsqueda, en el punto conocido como Arroyo Seco del poblado Kilómetro El 30, zona rural del municipio de Acapulco.

A la pequeña la buscaron con binomios caninos de la Fiscalía General del Estado, personal de búsqueda y rescate de Michoacán, de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Guerrero y la Policía de Investigación de la Ciudad de México, con apoyo de un georadar y maquinaria.

El cuerpecito lo encontraron a unos 25 metros de donde la corriente la arrebató de los brazos de su mamá. Estaba atorado en un madero y sepultada por el lodo del arroyo.

El cuerpo de la menor fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), donde luego de su plena identificación y la necropsia, fue entregado a sus papás.