Por: José Eduardo Cruz Carbajal

“Nacemos para conectarnos”
Julia Samuel


Iguala, Guerrero, Febrero 25.- Hace unos días hubiéramos cumplido un año juntos, pero con tristeza ese año jamás llegó, mi mente crea imágenes de cómo hubiera sido la linda celebración de nuestro primer año juntos, seguramente seguiríamos amándonos en secreto, pero ese día hubiera estado lleno de muchos mensajes cargados de romanticismo, de muchos besos y abrazos enviados aun en la distancia y de muchos te amo. Esa noche hubiéramos charlado hasta altas horas de la madrugada, hubiéramos reafirmado la pureza y la fuerza de nuestro amor, nos hubiéramos jurado amor eterno, pero la cruel realidad se hizo presente, nuestro primer año jamás llegó…

Sigo triste, mi corazón se siente despojado, herido, una parte de mí se fue contigo cuando me dejaste. Sé que cometí el que hasta el momento considero el peor error de mi vida: Soltarte, no sabes cuánto me pesa. Herí tu alma, herí tu corazón, ¡Lastimé a quien yo más amaba! ¡Te lastimé a ti! En mi conciencia cargo el pesar de haber destruido lo más bello que he vivido hasta ahora… ¡Nuestro amor, nuestro gran amor!

A menudo me pregunto si piensas en mí tanto como yo pienso en ti, me cuestiono si aún me amas, si me odias, si pensar en mí te causa repulsión. Desde que te fuiste mi corazón es traspasado cada día con el dolor de tu ausencia, cuestionándome si fui un mal amor para ti, si soy un mal amor para quienes yo amo, si en mí será una constante destruir aquello que me hace feliz, ¡Me aterra conocer la respuesta! Solo tengo algunas certezas, nos vimos, sonreímos, nos acercamos, intercambiamos un diálogo, nos tomamos de la mano, una sensación eléctrica me invadió en ese momento, sinceramente me asusté, me asusté mucho, pero en mi mente supe que desde ese momento estaríamos unidos para siempre, sin importar donde nos encontremos.

Saber que me amabas cambió mi vida, me hiciste sentir amado, querido, admirado, deseado, saber que tus ojos me miraban solo a mí era más que suficiente, no podía pedir más, no necesitaba más, contigo a mi lado, lo tenía todo, absolutamente todo. Simplemente gracias por tanto amor, por verme como yo era incapaz de verme, mis limitaciones a tu lado se reducían a nada, realmente querías estar conmigo a pesar de ellas, ¿Cómo no voy a amarte aun? ¿Cómo no voy a recordarte? Eres un gran amor… ¡Mi gran amor! Hoy solo puedo cuidarte en mis oraciones, bendecirte hasta el fin de mis días, y atesorar el recuerdo y la memoria de tu amor en mí. Amarte es una traición a todo lo que es importante para mí, pero negar que te amo es una traición a mi corazón, y yo nunca voy a negar lo que entre nosotros existió.

Te llevo en mí… Mi amado, mi amigo, mi compañero.

José Eduardo Cruz Carbajal

*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo y maestro en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com

Comparte en: