Día Internacional de la Educación

Por: Alejandra Salgado Romero

“La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.”

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 24 de enero “Día Internacional de la Educación”, el 3 de diciembre de 2018, con el fin de reconocer y valorar el papel desempeñado por la educación, a favor de la paz y del desarrollo. Dicho organismo sostiene que, “sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos”. Actualmente, según cifras oficiales, en el mundo existen aproximadamente 258 millones de niños, niñas y jóvenes sin escolarizar, 617 millones de niños, niñas y adolescentes no saben leer ni tienen conocimientos básicos de matemáticas, ni lo mínimo para defenderse en la vida cotidiana, en los países en desarrollo el 91% de los niños y niñas se matriculan en la escuela, pero 57 millones de ellos/as, no asisten a la escuela. África Subsahariana tiene el record a nivel mundial de niños/as sin escolarizar, los conflictos armados y guerras impiden que los niños y niñas asistan al colegio y las niñas y niños refugiados no tienen acceso al sistema educativo formal, alcanzando la cifra de 4 millones. Sin duda, en todos esos casos, el derecho a la educación está siendo violado en la era de la tecnología y la comunicación, lo que resulta inaceptable.

La sexta edición del Día Internacional de la Educación se celebrará el 24 de enero de 2024 bajo el lema «Aprender para una paz duradera», y nos invita a reflexionar sobre que la oleada de conflictos violentos paralela a un aumento alarmante de la discriminación, el racismo, la xenofobia y la incitación al odio que existe en el mundo, así como sobre el impacto de esta violencia, que trasciende cualquier frontera basada en la geografía, el género, la raza, la religión, la política, offline y online. Con base a lo anterior, se pondera la importancia de establecer un compromiso activo con la paz: La educación es fundamental en este empeño, como subraya la Recomendación de la UNESCO, sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible. El aprendizaje para la paz debe ser transformador y contribuir a dotar al alumnado de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades.

La UNESCO ha sostenido que “Hay que dar prioridad a la educación para acelerar el progreso hacia todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible en un contexto de recesión mundial, desigualdades crecientes y crisis climática”. Es importante reconocer que el derecho fundamental a la educación está aún lejos de ser una realidad para muchos de los niños y niñas del mundo; también es necesario reflexionar sobre que, -incluso para quienes van a la escuela-, sigue habiendo problemas muy preocupantes en todo el mundo. En los países de ingreso bajo y mediano, -por ejemplo-, 7 de cada 10 niños/as no son capaces de leer y comprender textos sencillos a la edad de 10 años.

Debemos asumir que la educación representa una parte fundamental de la vida de todo ser humano, por lo que no es posible aceptar que siga siendo considerada un gasto, se utilice para el discurso, se asuma como un asunto suplementario de otras políticas públicas, o bien, que no se desarrolle en, de y para la vida. La educación es un derecho humano y un bien público, por lo que resulta inaceptable que siga siendo un factor de exclusión y discriminación, aún menos que genere brechas sociales y educativas, como las que se descubrieron a través de la reciente pandemia y sus secuelas.

La educación es un concepto que abarca a la formación integral de las personas, por lo que es imperativo que trascienda y vaya más allá de atender únicamente lo cognitivo y/o que solamente se concentre en la educación escolarizada, formal o regular. La educación es un hecho social, por lo que no se puede dudar sobre su sentido transformador, progresista y liberador. Quienes tenemos la gran oportunidad de formar parte de la trayectoria académica de tantos seres humanos no podemos ocuparnos únicamente en los logros de carácter académico… tenemos que considerar la pertinencia cultural, es decir, la diversidad de la población, así como la relevancia social, abonando para que la educación que se brinda en nuestro país, más allá del eslogan de la excelencia o la calidad, contribuya, efectivamente, a la convivencia en paz y colaborativa en la familia, comunidad, país y planeta, y coadyuve a la construcción de una sociedad justa y equitativa.

En este año, a través de los organismos internacionales, se nos convoca a trabajar para generar un aprendizaje para la paz transformador, así como contribuir a dotar a las y los estudiantes de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus propias comunidades. Nos estamos enfrentando, como sociedad, a factores tan adversos como la escalada del cambio climático, la erosión democrática, las desigualdades persistentes, la creciente discriminación, los discuros de odio, la violencia y los conflictos en el mundo, y frente a ellos, la educación emerge como una poderosa herramienta para abordar y prevenir estos retos en el futuro. Además, de acuerdo a especialistas, cuando se configura y aplica eficazmente, la educación es una inversión a largo plazo con rendimientos al alza.

Un compromiso activo con la paz es hoy más urgente que nunca y la educación es fundamental en este empeño. A través de nuestro actuar, nuestra labor y demostrado compromiso, defendamos, así como contribuyamos, a posibilitar que, siempre y en todas partes, este derecho universal y fundamental sea respetado, con la convicción de que el mejor motor de desarrollo que podamos imaginar es, precisamente, la educación.

Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alexaig1701@live.com.mx.

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