Violencia escolar

Por: Alejandra Salgado Romero

“La violencia en el ámbito escolar es una realidad que deniega cada día a millones de niños y jóvenes el derecho humano fundamental de la educación. El Plan Internacional estima que 246 millones de niños y adolescentes podrían ser víctimas de la violencia al interior y alrededor de sus escuelas. Este fenómeno afecta desproporcionadamente a las niñas, así como a aquellos que presuntamente no se ajustan a las normas sexuales y de género predominantes”.

UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)

Se ha demostrado, a través de numerosas investigaciones, que un entorno de aprendizaje inseguro disminuye sensiblemente la calidad de la educación del alumnado afectado, puesto que pueden faltar a clase, participar menos activamente en las clases e, incluso, abandonar completamente los estudios. Las víctimas corren un riesgo elevado de padecer ansiedad, estrés psicológico y depresión. Además, es claro que la violencia, e incluso el acoso, pueden ocurrir en el aula, en el terreno de juegos, los baños y vestuarios, en el camino a la escuela o de regreso al hogar y hasta por conducto de internet. Puede ser perpretada por alumnos/as, docentes y no docentes y afectar a las víctimas, a los testigos/as e incluso a los propios agresores/as.

Por ello toma relevancia el caso de Norma Lizbeth, alumna de secundaria y víctima de bullying, que perdió la vida tras defenderse peleando con una de sus compañeras. Aún más, los hechos fueron grabados por alumnos/as del mismo plantel educativo, sin que interviniesen para evitar la violencia. Alma Delia Ramos Pérez, hermana mayor de Norma, expuso ya que la estudiante de secundaria acudió al lugar de los hechos porque ya no quería pasar por más burlas por parte de sus compañeras de escuela. Como consecuencia de la golpiza recibida, el pasado 13 de marzo del 2023, la víctima al encontrarse en su domicilio perdió el conocimiento, por lo que fue trasladada por sus familiares al Centro Especializado de Atención Primaria a la Salud “Ignacio Allende” de Teotihuacán… desafortunadamente, cuando llegó al hospital, ya no presentaba signos vitales. Las diligencias practicadas por la Fiscalía establecieron que la agresión que sufrió la menor, trajo como consecuencia un traumatismo craneoencefálico cuya evolución ocasionó su fallecimiento. Ahora, tras ser detenida, la presunta agresora fue puesta a disposición del Juez de Control al interior del Centro de Internamiento Quinta del Bosque, a efecto de que resuelva su situación jurídica.

De acuerdo a la legislación nacional e internacional, las escuelas que no son inclusivas o seguras, violan el derecho a la educación proclamado por la Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña, adoptada por las Naciones Unidas, e incumplen con la Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza, cuyo objetivo es eliminar cualquier discriminación, así como impulsar las medidas que garantizan la igualdad de oportunidades y de tratamiento para todas las personas. En nuestro país, la práctica del acoso escolar ha tenido graves consecuencias, que van desde la desaparición de personas hasta provocar el suicidio de un/a menor de edad. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos considera que el acoso o el bullying escolar es “todo acto u omisión que agreda física, psicoemocional, patrimonial o sexualmente a una niña, niño, adolescente, realizado bajo el cuidado de las instituciones escolares públicas y privadas”. Por ende, el bullying puede ser practicado por una alumna o un alumno, o bien por un grupo de alumnos/as sobre otro y otros/as. Según especialistas, algunos elementos que caracterizan el bullying son el abuso del poder, la repetición y sistematicidad.

Según datos recabados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el año 2022 México ocupó el primer lugar en bullying en el contexto internacional, bajo el fundamento de que el 50% de las y los estudiantes mexicanos/as son víctimas de este tipo de acoso. También se ha revelado que el 40.24% de alumnado de educación básica dijo haber sufrido maltratos, 25% insultos y amenazas, 17% golpes y otro 44.7% violencias verbales, psicológicas y físicas.

El caso de Norma nos demuestra que la violencia en el ámbito escolar no genera únicamente daños en ese espacio, sino que trasciende y determina, -por mucho-, limitantes para el progreso de la sociedad… y desafortunadamente, aumentó en los últimos años a nivel mundial. Ha quedado demostrado que la violencia y el acoso son actos que dañan la estabilidad emocional y física de niñas, niños y adolescentes, pudiendo inclusive impulsarlos a terminar con su vida o atentar contra la integridad de sus agresores/as, además de provocar cuadros depresivos o estados de ansiedad. Sin duda alguna, resulta fundamental visibilizar esta problemática, y en ello, es decisiva la labor de autoridades educativas, docentes y personal de apoyo en la vigilancia del comportamiento de las y los alumnos para identificar los actos de violencia y tener oportunidad de llevar a cabo una adecuada atención de comportamientos como la discriminación, el acoso sexual y el bullying. Pero también, es indispensable fortalecer las políticas públicas para combatir y erradicar la violencia y el acoso escolar en todas las escuelas de educación básica, media superior y superior.

Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alexaig1701@live.com.mx.

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