26 de marzo, Día Mundial del Clima
Por: Alejandra Salgado Romero
“Si los líderes del mundo se niegan a liderar el cambio climático lo hará la ciudadanía del mundo”
Al Gore.
El 26 de marzo se conmemora el Día Mundial del Clima, declarado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático efectuada en el año 1992, para generar conciencia y sensibilizar a las personas a nivel mundial sobre la importancia e influencia del clima, así como el impacto del cambio climático sobre la humanidad. Las variaciones climáticas registradas en las últimas décadas, producto del vertiginoso desarrollo industrial, así como el crecimiento poblacional generando diversas consecuencias, -tales como el efecto invernadero, calentamiento global, contaminación ambiental, sobreexplotación de recursos naturales y afectación de la capa de ozono-, han incidido negativamente en los ciclos naturales de la Tierra.
El clima ha sido definido como el conjunto de condiciones meteorológicas y atmosféricas de una zona geográfica, durante un periodo de tiempo prolongado: viento, precipitaciones, humedad, presión atmosférica y temperatura, así como que existen muchos factores que influyen naturalmente en el clima, tales como la acumulación de gases que atrapan calor en la atmósfera, cambios en la intensidad del sol, erupciones volcánicas, entre otros; por tanto, constituye un elemento de vital importancia en aquellas actividades desarrolladas por la humanidad, que requieran de condiciones ambientales específicas, tales como la agricultura, la caza y pesca legal.
Se ha documentado que, a partir del año 1977, cada año transcurrido ha sido más caluroso que el promedio de temperatura de todo el siglo XX, motivado por las emisiones generadas por el petróleo y el carbón y está demostrado que la principal causa del calentamiento global obedece a la elevada concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Según relata la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las y los científicos dedicados a las cuestiones climáticas, está demostrado que las personas somos responsables del calentamiento global de los últimos 200 años: las actividades humanas, tales como la quema de combustibles fósiles, la deforestación, la pérdida de bosques o las actividades agrícolas y ganaderas que usan fertilizantes y otros productos químicos, han sido el principal motor del cambio climático.
Entre 2010 y 2020, las regiones altamente vulnerables, en las que viven aproximadamente entre 3.300 y 3.600 millones de personas, experimentaron tasas de mortalidad humana por inundaciones, sequías y tormentas 15 veces superiores a las de las regiones con una vulnerabilidad muy baja. Además, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se prevé que, entre 2030 y 2050, el cambio climático cause unas 250.000 muertes adicionales cada año. Actualmente, la contaminación y las sustancias tóxicas causan al menos nueve millones de muertes prematuras al año en todo el mundo. Según especialistas, para revertir las cifras mencionadas anteriormente, se necesita actuar a nivel mundial, desde todos los ámbitos y con firmeza. Por ello, y con el objetivo de adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático, se generó el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13, de los 17 impulsados por la ONU, aprobados en septiembre de 2015 como parte de la Agenda 2030. Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes e intensos y ya tienen repercusiones en todo el mundo.
Resulta imperativo e impostergable que, como humanidad, estemos conscientes del grave daño que hemos generado a nuestra madre Tierra y que ha generado que en los últimos 50 años se haya producido un aumento promedio de la temperatura del aire, aumento del nivel del mar y reducción del tamaño de los polos, en la mayoría de áreas terrestres, la cantidad de heladas y días fríos se han visto notablemente reducidos. En cambio, han aumentado los días cálidos, las olas de calor y las precipitaciones intensas. Actualmente, se vive una profunda crisis climática y existe la gran necesidad de tomar decisiones al respecto. Ligado al Día Mundial del Clima, está la iniciativa de la Hora del Planeta, que se celebra el último sábado del mes de marzo y es considerada una de las campañas de concienciación ambiental más importantes y conocidas a nivel mundial, consistente en un apagón voluntario de todos los aparatos eléctricos no indispensables y que, al igual que el Día Mundial del Clima, tiene como objetivo animar a reflexionar sobre la necesidad de actuar de forma decisiva sobre este problema global.
En las escuelas, en los hogares, en los medios de comunicación, etc., podemos participar en este significativo día llevando a cabo acciones muy sencillas, como las siguientes: a) Promover la educación ambiental, animando a quienes nos rodean para aprender más sobre medioambiente y acciones a llevar a cabo para conservarlo; b) Disminuir aquellas actividades que produzcan emisiones de CO2, por ejemplo, el uso innecesario de vehículos o el derroche energético de las calefacciones a alta temperatura; c) Disminuir el uso del plástico, evitar el consumo de plásticos de un solo uso y evitar comprar productos envueltos en plástico sin necesidad de estarlo; d) Generar nuestra propia energía instalando paneles solares, los cuales garantizan el autoconsumo; e) Impulsar la aprobación y aplicación de instrumentos legales que protejan el medio ambiente; f) Promover el uso de fuentes de energía alterna: energía eólica y solar; g) Promover la erradicación de la práctica indiscriminada de deforestación, tala y quema de bosques y áreas ambientales protegidas, así como participar en campañas de reforestación y cuidado de plantas y árboles; y, h) Gestionar de manera eficiente el uso del agua potable.
Los ejemplos citados líneas arriba, son algunas ideas de lo mucho que podemos llevar a cabo todos los días del año, y contribuir a la causa global, bajo la convicción de que existe una diversidad de amenazas naturales que están vinculadas con las variaciones del clima, razón por la cual resulta impostergable la adopción de medidas por parte de gobiernos y naciones para su prevención, pero además, demanda la actuación de todas y todos para tratar no sólo de cuidar nuestra casa global, sino hasta donde sea posible, revertir un tanto el lacerante daño que hemos hecho.
Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alejandra.salgado.esdafzk@gmail.com.