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Melbourne, Australia. Novak Djokovic consiguió el pase a su décima final del Abierto de Australia en la que enfrentará al griego Stefanos Tsitsipas para alcanzar su 22º Grand Slam y recuperar el número 1 de la ATP.


En una jornada marcada por la polémica extradeportiva en relación a su padre, el serbio no mostró el sublime nivel de octavos y cuartos, pero le bastó para deshacerse con contundencia del estadunidense Tommy Paul (7-5, 6-1, 6-2) y mantenerse invicto en semifinales de este torneo.


De hecho, el serbio, deportado el año pasado de Australia por no estar vacunado contra el covid-19, no pierde en Melbourne desde 2018 y acumula 27 victorias seguidas, superando el récord que compartía hasta ahora con el estadunidense Andre Agassi.


Pero con un “extra” de determinación por lo ocurrido hace 12 meses y una lesión que lo lastró la semana pasada, el serbio quiere más: “Ganar Grand Slams y ser número uno del mundo, probablemente son las mayores cumbres que puedes alcanzar siendo un tenista profesional”.


Sin embargo, el desafío del domingo parece de mayor envergadura que el planteado por Paul, número 35 del mundo y sin experiencia hasta ahora en las rondas finales de Grand Slam.

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